30 de septiembre de 2011

Capítulo 22: Blue.

El día ha llegado, era Sábado, y también el cumpleaños de Araceli. Tenía demasiadas ganas de que llegara la hora de la fiesta, las 19:00. Ayer, le había dicho a la cumpleañera que si se empeñaba en quedarse en casa a estudiar, que por lo menos se viniera a mi casa conmigo, y estudiaríamos juntas. Lo que ella no sabe, es que cuando entrara a mi cuarto vería su precioso vestido rosa, el que se probó hace sólo unas horas.
La verdad, nunca había estado en una fiesta así; era una especie de baile, de los que hacen en los institutos pijos de América, más o menos así. Cada uno con su pareja, y las chicas, debían llevar una máscara que les cubriera la cara. La mía era azul con adornos en plata, a juego con mi vestido. Mucha gente iba a asistir a la fiesta, gente con la que tan si quiera tenemos a penas relación; pero eso no importaba, porque el propósito era pasar una noche, que fuera muy difícil de olvidar. Con quién íbamos a ir de pareja, era sorpresa; aunque en algunas personas, como yo, era obvio con quién íbamos a asistir a dicha fiesta. Y en cuanto a Araceli... tenía la mejor pareja que ella pudiera esperar, y desear. Se trata de Christian, un chico que conoció hace mucho tiempo. Tiene dos años más que nosotras, aunque está repitiendo cuarto. Su pelo es castaño, y tiene unos preciosos ojos azules que, sin duda, llaman mucho la atención. Por lo poco que sé de él, y por lo poco que hemos podido hablar, parece muy simpático. Y no dudó ni un segundo cuando le preguntamos si quería ser la sorpresa para el cumpleaños de mi amiga. No va a nuestro instituto, ni si quiera vive por esta zona; antes, cuando vivía aquí, Araceli y él se conocieron porque tenían una amiga en común. Pasaron varios meses saliendo los tres juntos, y algún amigo más de él, o de ella; hasta que un día, se cambió de ciudad, por asuntos de su familia... Bueno, el caso es que Araceli no lo ha vuelto a ver, y de éso hace muchísimo tiempo. Han podido hablar de vez en cuando por las redes sociales, y eso, pero... ni mucho menos ella espera verle dentro de un par de horas. No tengo ni idea de lo que vaya a pasar esta tarde, pero lo único que sé, es que le va a encantar la sorpresa; todas lo sabemos.
Sóla en casa, miro el reloj, las 17:00. Que empiece la fiesta.
"If we ever meet again" suena en mi reproductor de música; una canción que realmente me encanta, ya tiene su tiempo, pero no me canso de escucharla. Me doy una ducha larga y relajante, tengo tiempo, y la necesito. Listo, ahora me haré la trenza al lado, con las extensiones. ¡Realmente fascinante! Me ha salido muy, muy bien. Y no me queda nada mal, sin duda, hoy es un día espectacular, y lo que queda. Quedan muy pocos minutos para que Araceli llegue, mientras tanto me daré los principales retoques del maquillaje, y antes de irnos lo perfeccionaré.
¡Biiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiib!
¡ Ya está aquí !
- ¿Ara?
- Sí, soy yo, abre. - Y la esperé en la puerta, pudiendo oír como subía por las escaleras, segundo piso.
- ¿Y ésa trenza? ¡Que hay que estudiar! ¡Nada de hacernos fotos, eh!
- Sí... Estudiar... Sólo era para ver como quedaba. - Casi exploto en una carcajada, pero tuve que contenerme. Araceli se dirigía al salón, ya que supuso que estudiaríamos ahí, que es más amplio.
- Espera, espera, vamos a mi cuarto, que coja mis apuntes.
- Ah, vale.
No tengo palabras para describir la cara que puso cuando entró a mi habitación y vio aquel vestido. Todos los libros y apuntes que llevaba en la mano se le cayeron al suelo, y su boca se abrió como muestra de mucha sorpresa, de forma casi inevitable.
- Pero, pero, pero, pero, pero, pero.
- Pero, pero, pero; sí, es para ti, y te lo vas a poner esta noche, para tu fiesta. - Sonreí muy ampliamente.
- ¡Estáis mal de la cabeza! ¡Locas! ¡Chaladas! ¡Cabras! - Estaba gritando por toda la habitación mientras no paraba de dar vueltas al vestido.
- Sí, sí. Pero nos quieres.
- Eso es lo que va a hacer que no me enfade y os grite, y que vaya a la fiesta.
- ¡Esa es mi Ara! Además, ¿cómo ibas a quedarte sin fiesta? ¿Y sin regalo? Obviamente, ni en tus peores sueños. - Y le guiñé el ojo.

25 de septiembre de 2011

Capítulo 21: Viernes y... Ese si!

-¿ Que dices? Sesenta euros, paso de pagar eso. - Decía Araceli, mientras se miraba en el probador como le quedaba ese vestido rosa, de palabra de honor, demasiado bonito. Además como es morenita de piel, le quedaba genial.- Aunque este no está tan mal, - mientras miraba la etiqueta de otro vestido - no está tan mal, está peor.
- Tía, piensa que solo venimos a probarnos, si no necesitamos nada de esto, ¡JA JA JA! - Río Sandra, y me guiñó el ojo, nosotras ya teníamos los vestidos. - Bueno, vamos a Starbucks, hablamos un rato y nos vamos, ¿no?
Sandra se había comprado uno precioso, de cuello halter, rojo, eléctrico, cualquier chica desearía tenerlo. Alba, uno largo, ya que no le gustaban los cortos, amarillo, pero no un amarillo feo, horrible. Era un amarillo con toques dorados precioso, además le estilizaba un montón. Y yo, me había comprado uno azul eléctrico, la verdad, demasiado bonito, me pegaba con mis ojos, ya que me cambian de color, cuando los tengo verdes, preciosos. Además, ya teníamos todas los peinados, yo iba a llevar unas extensiones, al lado, formando una trenza.
- Genial, me gusta tu idea, me apetece un Frappuccino un montón. - Dije yo, que estaba dentro de el probador ayudando a Araceli a quitarse el vestido y ponerse la ropa. - Pero chicas, antes tengo que ir a llamar a mi tía... - Para decirle el vestido que era, cada una habíamos puesto 20 euros, a Araceli no le gustan los regalos compartidos, pero, le habíamos alquilado el local, la decoración, todo en general, era precioso, no tenia porque decir nada...
- Vale, entonces ahora me pasaré, el dinero, lo tienes tu ¿no?
- Si, pásate por San Vicente y te lo doy. Besitos.
- Adios, guapa.
Ya ibamos en el autobús de vuelta a casa, y me llamó Dani, diciéndome que si tenía que llevar corbata, le dije que si, y me dijo que entonces, ya la tenía, que era azul, a juego de mi vestido. Y que cuando llegara a casa, que le avisara y quedábamos para cenar.
- Chicas, mañana nos vemos, a las cinco en la plaza, como siempre. - Dijo Alba.
- Ehh, ya os lo he dicho, no puedo salir, de hecho, todas tenemos que estudiar.- Dijo Araceli.

Pronto más ^^ http://www.tuenti.com/#m=Page&func=index&page_key=1_2199_71893515 Nuestra página de tuenti <3

24 de septiembre de 2011

Capítulo 20: Un buen regalo.

- Sí, sí y sí.
- ¡Que no tía, tengo que estudiar para el Lunes! ¡No me sé nada! Voy a estar todo el finde empollando, nada de salir. - Me decía Araceli.
- Y una mierda, que te lo crees y todo. - Y reí. - No vas a quedarte encerrada en casa el fin de semana de tu cumpleaños. Esta tarde vamos a ir al centro, y lo vamos a celebrar.
- Que no, ¡que no puedo!
- Sí, si puedes. Es más, vamos a ir a ésa tienda que tanto te gusta.
- ¿Cuál?
- Ésa llena de vestidos de noche relucientes, brillantes, y preciosos. Y te vas a probar el más bonito y caro de todos.
- ¿Para qué? Si nunca será mío... Además, dudo que me quedara bien.
- Pues no lo dudes tanto, porque vas a parecer una gran princesa con sus casi dieciséis añitos.
- ¡Dios! No me lo recuerdes, no quiero crecer. Es un asco, lo odio. Odio crecer, quiero ser Peter Pan.
- No deberías odiar crecer. Cuando uno crece va madurando, y descubre lo bonita que es la vida, y te enamoras, y todo es precioso. - Eso había sonado muy, muy cursi.
- Ya, como tú ya has encontrado a tu príncipe, pues es muy fácil decirlo. Pero, ¿y si yo no lo encuentro? Y si sólo me topo con ranas, y no con príncipes azules.
- ¡Ja, ja, ja, ja, ja! Dios, eres tan optimista. - No pude evitar reírme, y ella al otro lado del teléfono, tampoco.
- Ya... Siempre lo he sido, desde pequeñita.
- Bueno, el din del microondas ya ha sonado, lo que significa que mi plato de macarrones con queso está listo; por una vez no como ensalada.
- ¡Dios! ¡Ja, ja, ja, ja, ja! Vale, pues nos vemos el Lunes, entonces.
- ¡Y una mierda! Te vas a poner guapa y voy a pasar a por ti a las 16:30 y nos vamos a ir al centro, y punto en boca.
- ¡Que no!
- Que sí. Me voy que se me enfrían los macarrones. Paso a por ti a ésa hora, ni se te ocurra dejarme tirada. Adiós, te quiero "amorsito lindo". - Y colgué sin dejarla responder, así, sabía que no me fallaría.
Y así, rodeada de silencio absoluto, saqué mi comida del microondas y me dirigí a la mesa con un vaso de agua en la otra mano. Aunque poco duró el silencio, porque puse la música en el portátil tan alta, que hasta Araceli podría oírla en su casa, que vive a la otra punta del pueblo. Me encantaba poner la música alta cuando estaba sóla en casa, y bailar y bailar, por todos los rincones.
Ya había acabado de comer, y recogido la mesa, los macarrones me habían salido realmente buenos. Y ya eran las 16:00 cuando acabé de recoger la cocina, y hablar con un par de personas en Tuenti, así que tocaba arreglarse.
Los vaqueros ceñidos, y mis nike, a juego con mi chaqueta de adidas, de colorines. Debajo, una básica, rosa palo. Realmente, una combinación perfecta. Como siempre, la raya, no muy marcada; y mi colonia, esta vez, la de nenuco. Sí... la de nenuco; ya sé que es para bebés, pero me encanta.
Y salí de mi casa, con mi BlackBerry negra en el bolsillo, y mi bolso. Acababa de llover, y había salido el sol, pero aún podía sentir el olor a humedad, que tanto me encanta. Y así, respirando el otoño, fui a por Araceli.
- ¡Sube! Que aún me falta un poco. - Y abrió la puerta.
- ¡Hola Giselle! - Su madre me recibió en la puerta, ya que Araceli parecía estar en el baño. - Como te imaginarás, Araceli está maquillándose, y cambiándose en el baño, enseguida termina, puedes ir a su cuarto mientras, si quieres.
- ¡Vale!
- ¿Quieres agua? ¿Algo para picar?
- No, no, acabo de comer, gracias.
- Está bien, pues si necesitas algo, estoy en el salón.
- Vale, todo bien. - Y sonreí.
La madre de Araceli me caía realmente bien, era muy generosa, y siempre que podía hacer algo por sus hijos, o los amigos de estos, lo hacía. Por eso siempre me estaba ofreciendo cosas cuando iba a su casa. Tanto a mi como a Alba, Sandra, etc.
- ¡Toc, toc! - Imité el ruido de un golpe a la puerta del baño.
- ¡Ya salgo! Un momentito.
- Vale, vale.
Y salió por la puerta de aquel pequeño baño, más bien enano. Era el baño que Araceli consideraba suyo, ya que estaba justo enfrente de su cuarto, y estaba más bien repleto de sus cosas.
- ¡Vaya! ¡Que sudadera más chula! Es nueva, seguro. Algo tan bonito, yo no lo olvido.
- ¡Ja, ja, ja, ja! ¿Verdad que es bonita? Sí, es nueva. Es un pequeño adelanto de mi cumpleaños.-Y rió pícaramente, las dos reímos. La sudadera era realmente bonita, de Al Capone. Rosa de fondo, con unas letras negras que escribían: London & England. Y la bandera de Inglaterra en medio. Buen regalo, para empezar.
- Sí, muy bonita. ¿Ya estás? ¿Nos vamos?
- Sí, voy a despedirme y nos vamos. - Yo la esperé en la entrada, pudiendo oír como se despedía de sus padres en el salón, y viendo algunos marcos con fotos que tenía en el recibidor. También pude ver como la madre de Araceli la acompañaba a la puerta, para despedirnos a ambas.
- ¡Que os divirtáis! ¡Y tener cuidadito! - Y sonríe.
- ¡Sí, mamá! ¡Adiós!
- ¡Hasta luego! - Dije yo.
Bajamos las escaleras hasta llegar al patio. Era una pena que no nos hubiéramos cruzado con el vecino de Araceli, hubiera sido un buen regalo de cumpleaños sin duda. Era monísimo. Abajo ya nos esperaban Sandra, Alba, Alba, y Esther, ansiosas por probarse vestidos para la fiesta. Aunque Araceli eso... no lo sabía.

23 de septiembre de 2011

Capítulo 19: Quinceañeras.

Jueves, 07:03. Sólo dos días para el esperado día, el Sábado, el cumpleaños de Araceli. Ya lo tenemos todo planeado; pero ella cree que será un día normal, en el que demos una vuelta por el pueblo, llenándolo de cáscaras de pipas. Pero nada será así, ni mucho menos. Una gran fiesta, en la que todos irán de gala, nos espera, y muchas sorpresas le esperan a ella. Va a ser uno de los mejores cumpleaños que hemos organizado en mucho tiempo...
Las siete y media, hora de pasar a por mi príncipe.
Para mi sorpresa, está abajo esperando en la puerta.
- ¡Buenos días! - Siempre con su gran sonrisa. - ¿Cómo ha despertado hoy mi bella dama? - Y me besa.
- Muy, muy, muy, muy bien. ¡Tengo muchas ganas de que sea Sábado!
- ¿Algo especial que no sepa?
- Sí, tenía pensado decírtelo justo ahora. Vamos hacia la plaza y te lo cuento antes de que lleguemos con las chicas. - Y cogida a su brazo, y apoyando mi cabeza en su hombro emprendimos la pequeña ruta.
- Así que, estoy invitado.
- Por supuesto, ¿qué sería yo sin mi príncipe? - Y le sonrío.
- Pues no sé... A lo mejor tenías planeado buscarte a otro principito más apuesto en esa fiesta.-Bromea.
- Ni de broma, ¿un príncipe más apuesto que el que ya tengo? Eso es imposible. - Y le beso -
Ya están ahí, bueno, recuerda que tienes que arreglarte para el Sábado, arreglarte mucho. Ya sé que es muy difícil, pero tienes que intentar estar más guapo de lo que lo estás a diario. Inténtalo. Y recuerda que mi vestido es azul eléctrico. Procure encontrar un atuendo que le combine a mi vestido, Romeo.
- De acuerdo mi queridísima dama, Julieta. - Y entre risas llegamos a la plaza.
- ¡Felicidades! - Lo dije muy alto, para que todo el mundo que estaba cerca lo pudiera oír, ya que ella odia que se enteren de que es su cumpleaños, aunque no lo era aún.
- ¡Ssssssh! De todas formas, aún no soy un año más vieja. Todavía soy una catorceañera.
- Cierto, cierto, no le demos protagonismo dos días antes del que lo debe tener. - Bromeó Alba. Y los cuatro reímos.
- Tampoco quiero ningún protagonismo... Ya sabéis que no quiero que me preparéis nada. Nada de nada. Ni regalos, tampoco.
- Sí, sí, tranquila. No pensamos gastar un duro en ti. - Y le guiño el ojo.
- No se como tomarme eso que acabas de decir, pero supongo que vale.
-Tomatelo bien. no pasa nada, sabes que alomejor algún collar o algo de eso, quien sabe. - Muchas ganas en verdad, se le notaba a Alba, demasiado.
Transcurrió el día normal, tan normal que se nos pasó a todos muy lento, Paula no fué a clase, tampoco me importaba, pero Alex me preguntó por ella... El sabado irá al cumpleaños, no queda otra, al fin y al cabo, no es mi fiesta, es la fiesta de Araceli. A ella no le cae, si que dice que está rara, pero suponemos que le alegrará verla.
Es jueves, tengo que llevar a mi hermana a la gimnasia, pero como me llevo la blackberry, hablé con Dani, toda la tarde, tenia que esperarme por allí, osea que, como conocía a gente de ese pueblo, quedé con ellos, y tomamos algo. Las ocho, me despido. Recojo a mi hermana y me vuelvo a casa. En el buzón de mi casa hay una invitación, es de las que yo misma mandé hace una semana, amigos, que no viven aquí, se tenían que enterar. De pronto me llegan millones de mensajes de asistencia.


Esperamos que os haya gustado, seguimos escribiendo, gracias por todo <3

http://www.tuenti.com/#m=Page&func=index&page_key=1_2199_71893515 pagina oficial en tuenti <3 GRACIAS! 300 miembros
1/2 capítulo inventado por Anna Can Fly y la otra mitad Patricia Siseintenta Nosepierde.

Capítulo 18: Todos y cada uno de los días de mi vida.

El amor... El amor pueden ser muchas cosas. Según la Real Academia Española, el amor puede llegar a tener 14 significados distintos, sin contar otros conceptos derivados. La principal definición que se le asocia al amor es un sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de la unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear. Según la Biblia; el amor es saber soportar, ser bondadoso; es no tener envidia, no ser presumido, orgulloso, grosero o egoísta, y tampoco rencoroso. Ahora bien... Puedes creerte o no creerte esos significados. Puedes aplicarlos o no a tu día a día. Para mi el amor es algo distinto. He podido descubrir estos días que el amor es lo que da la vida. Al fin y al cabo, es lo que hace que la especie humana no se agote. Es un sentimiento que hace que cuando estás con esa persona te olvides de todo, te centras en él, y solo existe él; nada más. Cuando le hablas, cuando ves sus fotos, sus mensajes... Cuando le miras a los ojos, o cuando le escuchas reír... Cuando le besas, y cuando él te besa a ti. Cuando no habéis estado ni cinco minutos lejos y ya le echas de menos... y sólo quieres estar con él. Cuando sientes que le necesitas, y que ya nada sería lo mismo si desapareciera de tu vida en ese instante. Y lo mejor, cuando ya no te imaginas tu vida sin su presencia a tu lado. Éso... éso es el amor. Y mi vida ya no podía imaginarla sin Dani. Nada más existía si no estaba él. En muchas ocasiones, cuando sueño con él mientras duermo... Me lo imagino perfecto, completamente perfecto. Cuando le veo, luego, una vez despierta. Lo sigo viendo perfectamente perfecto. ¿Y por qué, Gis? Yo te lo diré. Porque tu mente es él, tus sueños son él, y lo que te despierta cada mañana, tu realidad, es el pensar que lo vas a ver cada día; todos y cada uno de los días de mi vida.

Capítulo 17: A new life.

Habían pasado varios días tras la discusión con Paula... Ya nada era igual, todo había cambiado. Ella ya no tenía trato conmigo. Pasaba por mi lado y no me saludaba, ni si quiera una mirada, un gesto con la cabeza o las cejas. Nada. Era como una completa desconocida para ella. Ya no formaba parte de su vida, ni ella de la mía. Con Araceli, Alba y Sandra hablaba a ratos, en algunas ocasiones. Pero conmigo nada. Aquellos enfrentamientos en el pasillo habían sido definitivos. Ni siquiera hubo pelea a la salida del instituto, después de mi última frase, no hubo nada. Ni lo hay. Las dos hemos tomado caminos distintos, que no parecen marchar en el mismo rumbo; ni tan sólo parecen querer cruzarse por algún callejón.
Pero no podía estar triste, era imposible. Tenía a Dani a mi lado, todo iba como la seda. Cada día mi amor por él iba creciendo, y el cariño, todo aumentaba cada día. Él hacía todo lo posible por mi, cada detalle, cada regalo, cada caricia... y cada beso. Todo era perfecto, nada podía ir mejor. Y si en algunos momentos lo podía... él venía y me sonreía, me regalaba una perfecta sonrisa de la que poder agarrarme, y levantar de mi caída. Nunca jamás estaré como hacía unos días, a su lado. Nada irá mal a partir de ahora. Ha empezado el otoño, y ha marcado una nueva etapa. Ha comenzado una nueva vida, la auténtica vida que me pertenece, la que me merezco y pienso vivir.

¡Bueno, esto ha sido un Mini-Capítulo! Como señal de que este finde añadiremos más y más. Ahora ha empezado una nueva etapa en la vida de Gis, con nuevas experiencias que la harán madurar. ¡Seguid leyéndonos cada día! Un beso, y gracias de nuevo.<3

22 de septiembre de 2011

PRONTO MÁS CAPÍTULOS (PERDÓN)

Pues eso, chicos, andamos algo liadas con las clases, pero... NO PROBLEM, ESTE FIN DE SEMANA COMO MUY TARDE, ESCRIBIREMOS <3
 Nuestro tiempo libre lo empleamos
con vosotr@s, que nos importais mucho y debemos daros las gracias una y otra vez.

19 de septiembre de 2011

Capítulo 16: El amor es pura química.

"Pip, pip, pip." El despertador del móvil, me indica que son las siete menos cinco, hora de despertarme y darme una ducha, hoy, a diferencia de ayer, si que he dormido.
- Buenos días papá... - Saludo a mi padre, que hoy entra un poco más tarde a trabajar, pero se va ya...
- Buenas, Gis. Que sepas que hoy comemos en casa de tu abuela... - Que raro, como todos los martes, jueves, y viernes. Siempre comemos allí.
- Vale. Voy a darme una ducha, hasta luego. - Al parecer estaba hablando sola, porque se escucha el ruido de l puerta cerrándose. Una ducha de cinco minutos, rápida. Pero me sobra para que el pelo se me quede razonablemente bien. Hoy tampoco tengo educación física (como tener tengo, pero el profesor, está de baja...), así que aprovecharé para ponerme una falda, que luego con el frío ya no puedo... La falda azul, con lunares blancos irá bien. Una camiseta básica de tirantes lisa, por dentro de esta. Y un pequeño cinturón blanco por encima de la goma de la falda. Me pondré una fina chaqueta, azul celeste. Por si tengo frío, unas manoletinas blancas y en el pelo una diadema que me hizo mi abuela, con tela de la falda.
Las siete y media, hora ideal para bajar a por Dani. Me asomo por la ventana, el cielo está despejado, no tiene porque llover...
- Hola, soy Gis. - Y me abre, diciéndome que pase, que le queda medio minuto.
- Toma esto es para tí. - Y me da una cajita, una pequeña caja, de plástico, pero un color muy bonito, un verde, precioso. - Póntelo si quieres...
- Dani,  es precioso, no tenias porque... - Abro la caja, y lo que hay dentro es aun más bonito, un colgante, con su inicial. El lleva la mía, su colgante es de chico, con el hilo de cuero, marrón, y la letra, en negrita, una G. El mio, con una cadena, plata, de plata.  - Ayúdame a ponérmelo-Me sujeto el pelo con una mano, y el, pasa su mano entre mi cuello, para poder enganchármelo bien. Me besa en el cuello. Y yo le redirijo hacia mis labios.
Salimos de su casa, abrazados, después de ese largo abrazo, como el que le daría mi hermana a un peluche, vamos todo el trayecto, hasta la plaza, cogidos de la mano. Justo antes de girar la esquina, me percato de que esta Álex, Dani también le ve.
- Si quieres te suelto... - Me dijo Dani, como si me tuviera que avergonzar de él...
- Jamás, es más, bésame. - Y pude ver, como la silueta de Álex, daba media vuelta, y se iba en otra dirección...
Ya en la plaza, estábamos todos. Bueno todas menos Paula, que según me había comentado Araceli, ella ya no vendría más con nosotras... Me echaron todas una miradita, y Dani y yo fuimos juntos, como antes de llegar a la plaza, todo el trayecto juntos. Las demás iban un par de metros por detrás.
- ¡Cuando lleguéis, escribid pareja!- Gritó Sandra.  Los dos reímos.
Ahora me dirijo al laboratorio de física, solo voy con Alba, ya que han hecho un desdoble. Pero Dani, también va conmigo.
- Bueno chicos, como ya sabéis, sacad los apuntes, odio los libros. - Todos los días nos lo decía Toni, el profesor. - Bueno,¿podríais decirme en que se separa la física?
-¿En sentimientos y materia? - Dijo una voz, que provenía del fondo, no pude saberlo con claridad.
- ¿ En sentimientos? ¿Como cuales?
- Como el amor, por ejemplo. - Lo dijo Elisa. Ya lo sabía seguro. Dani y yo nos miramos. Sonreimos, y me dió un fuerte apretón de manos. Como que el estaba ahí para todo, que nuestro amor, era verdadero.
- Para nada, el amor es pura química. Todo eso está con hormonas que...
Todos reímos, Toni es un profesor relativamente majo. Sonó la alarma, que indicaba el cambio de clase, y por el pasillo me encontré a Paula.
- Tu no deberias tener ese asqueroso collar, lo debería tener yo...
- ¿Perdón?
- Perdonada.- Me dijo con un tono frio, más frio que como si estuviera en un congelador industrial.
- A la salida te esperas. Te vas a enterar, envidiosa de mierda. - Ya estaba bien, ya tenía que sacar la vena de la mala leche...

Capítulo 15: La música es mi vida... y él también.

Ya he comido, una ensaladita ligera, típico en mi... no tengo estómago para más.Cuatro y media, aún es pronto, en media hora estoy lista si Dani vive enfrente. Inicio sesión en Tuenti.
5 mensajes privados, 3 invitaciones a eventos, 1 comentario en foto y 1 invitación a una página.
Los eventos primero... Se busca batería... Se regala Yorkshire... Un momento, el último evento: "Haber tías, dentro de nada es el cumpleaños de Araceli, hay que pensar algo." ¡Dios! ¡Se me había olvidado por completo! Dentro de menos de una semana es el cumpleaños de una de mis mejores amigas. Como no ha dicho nada, no lo recordaba... Bueno, no me vendrá mal un poco de fiesta y distraerme. No quiero ser la primera en comentar el evento, ya que no se me ocurre nada que le podamos hacer.
Vayamos con la página... "+ Olvídate de él, es lo mejor. - ¡Coño! ¡¿No ves que no puedo?!" Mira... una página que me viene al pie de la letra, ¿quién me la ha enviado? Alba... Sabe que esa página me define perfectamente... Una sonrisilla se escapa de mi boca... En el fondo, me gustaba estar así de enamorada... Me gustaba sentir eso tan bonito que sentía por Dani... Y no sé por qué.
Comentario en la foto... ¡Ah, la foto de la sudadera azul! "Sara Hernández: ¡Tía! ¡Me encanta! Es preciosa, y te queda genial. Un beso (:" Que simpática es esta chica, me cae muy bien. No hablamos mucho, pero de vez en cuando hablamos Araceli y yo con ella por Tuenti, y es genial. Sí, la verdad es que la sudadera es preciosa; y no me queda nada mal... no, no soy ninguna creída.
Los privados son de Alba, Sandra, Paula, Araceli y Dani. Alba me comenta que me ha invitado a una página, la de antes, obviamente. Sandra me pregunta por un ejercicio de Biología, y Araceli me desea suerte en el ensayo de esta tarde. Paula me dice que siente haber estado así conmigo, y que si amigas... La verdad, yo también me he pasado. Le responderé disculpándome yo también. Y Dani...
"¡Gis! Bueno, era para recordarte que habíamos quedado en que pasarías a por mi a las 5 y media, para irnos los dos para el ensayo; ya que no te lo he podido recordar en Biología, me he ido porque tenía revisión en el médico. ¡Ponte guapa para el ensayo! Aunque bueno, tú siempre estás guapa... Un beso, te quiere, Dani."
¿¡Me quiere!? ¿Me quiere? ¿¿¡¡¡Me quiere!!!?? ¡Me quiere! ¡¡Me quiere!! Estuve media hora pegando gritos de felicidad, saltos, botes, carcajadas sin explicación, tirando por el suelo todo lo que estaba delante de mi, media hora de euforia y emoción, y de auténtica alegría. En ése momento descubrí lo que es la verdadera felicidad, y lo que es la ilusión. Me encantaba Dani, me encantaba, y nada podía salir mal entonces.
¡Las cinco! ¡Me pondré guapísima! Puse la música en mi cuarto a todo volumen. Abrí el armario, y comencé a elegir mi conjunto, dejando otra mucha ropa tirada por el suelo y la cama. Luego lo recogeré todo, nada puede arruinar este momento de locura. Escojo ése conjunto que tanto me gusta. Esos vaqueros pitillo, que eran nuevos, pero llevo tiempo pensando con qué me los iba a poner. Miro de nuevo en el armario, escojo una camisa, una camisa azul con cuadros rojos; y para llevar debajo, ya que no la voy a llevar abrochada hasta el cuello, una camiseta de nadador, roja. Miro en el zapatero... mis converse, militares, verdes; con esos cordones tan alegres del color del arco iris, con unos simbolitos muy llamativos... Los recordaba perfectamente... Estrella, elefante, corazón, estrella, elefante... Unas gotas de colonia de mora, que huele realmente bien. Una cinta roja sujeta mi pelo, como diadema. Y algún que otro pegote de espuma pelea contra mi cabello en las puntas. Voy al cuarto de mis padres, y me miro en su gran espejo. Puedo ver a una chica simple, de las que te puedes encontrar miles por ahí. No muy perfecta, pero con muchas virtudes. Puedo ver al espíritu de la felicidad, y puedo ver una sonrisa causada porque... por una vez desde hace mucho tiempo, me gusta lo que veo en éste espejo.
Veo una raya de ojos en la mesita de mi madre, casi se me olvida. Un pequeño repasito al contorno de mis ojos verdes, y... listo. Todo listo. Las llaves, en mi bolsillo, listo. No había nadie en casa, así que después de salir por la puerta di dos vueltas al cerrojo de la puerta con aquella llavecita fucsia, que yo misma había decorado. Bajo por las escaleras, es un segundo, no voy a morir en el intento, seguro que no. ¡Mierda! Parece que vaya a llover más tarde... Subiré a por un paraguas, me da tiempo. Listo, el paraguas azul con las ovejitas, tan monas, de kukuxumusu. Vuelvo a cerrar la puerta. Y bajo dispuesta a comerme el mundo... pero se me quitan un poco las ganas, no vaya a ser que lo vomite de sopetón.
¡Din, don!
- Sí, mamá, no volveré tarde, lo prometo, adiós. - Dani se despedía de su madre mientras salía por la puerta de su casa.
Me mira de arriba a bajo.
- ¡Hola, Gis! ¡Que guapa estás!
- Gracias Dani... - Me estaba poniendo roja, lo presentía.
- ¿Vamos?
- Claro, andando.
Una vez en la calle Dani contempla el cielo, casi negro.
- ¡Mierda! Se me ha olvidado decirte que cojas un paraguas.
- No pasa nada, me gusta la lluvia.
- Bueno, supongo que bien...
- ¡Ja, ja, ja, ja, ja! ¿Qué te pasa? Estás extremadamente vergonzosa esta tarde.
- Pues, no lo sé...
- Venga, suéltate un poco, no creo que esa sea la mejor actitud para dar un concierto dentro de nada, a nuestros fans invisibles dentro del aula de música. - Dani era realmente gracioso, y los dos nos sumergimos en una preciosa y larga carcajada, compartida. Me encanta verle reír. Me encanta como ríe, y como sonríe. Me encanta él.
Una vez en el ensayo, todo salió a pedir de boca. Yo estaba delante, como vocalista, y los demás detrás de mi, me acompañaban con su música. De vez en cuando giraba la cabeza, para contemplar a Dani, tocando su guitarra azul y plateada. Y de vez en cuando el me respondía con una sonrisa que me decía que lo estaba haciendo bien, o con una mirada de complicidad. Para ser el primer ensayo no estuvo nada mal. Nos despedimos de los demás miembros del grupo, el ensayo había acabado.
- ¡Has estado genial! ¡Eres la nueva Beyoncé! ¡Mi nueva Beyoncé! Yo seré tu manager. - Dijo con voz ingenua. Su nueva Beyoncé... No sonaba mal, nada mal... Me encanta.
- Llueve. - Dije mientras veía las gotas caer del cielo. - Te dejaré mi paraguas.
- No, ya te dije que me gusta la lluvia. Es más, a ti también te debería de gustar.
- Y me gusta...
De repente para de llover, sólo era un nubarrón.
- Ya ha parado. ¿Vamos a casa?
- Claro, vamos, pequeña Beyoncé. - Sonriente.
Faltaba poco para llegar a casa cuando empezó a llover mucho, de repente.
- ¡Dios! ¿Pero qué le pasa hoy al tiempo?
- ¡Pues no lo sé! ¡Y no sé por qué grito! ¡Es que con las gotas no se me oye una mierda! ¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja!
- ¡Ja, ja, ja, ja, ja! - Otra vez, los dos reímos. Curiosamente, en el mismo sitio de antes.
- ¿Sabes? Me lo he pasado muy bien contigo, esta tarde. - Me dijo.
- Yo también, muy bien. - Tenía muchísimas ganas de darle un beso, pero ya lo había hecho el día anterior y no quería volverme a dejar llevar...
- Gis... ¿Puedo?
- ¿Cómo? - No tenía ni idea de qué quería decirme.
- Que si puedo, dime si puedo, nos estamos mojando.
- Pero, que si puedes qué.
- Tú dime, qué te gusta más, ¿el sí o el no?
- El sí... supongo que... el sí.
- Entonces dime: "Sí, puedes."
- No te entiendo.
- Hazlo.
- Vale... Sí, puedes.
En aquel instante se acercó a mi y me besó. Fue un beso increíble, perfecto. Un beso de película, bajo la lluvia. No tenía palabras para describir lo que sentía en ese momento. Era completamente feliz, si lo tenía e él, todo iba bien.
- Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero. ¡Te quiero! - Estaba gritando por toda la calle que le quería, que él me quería, nos queríamos. Era un nosotros lo que me daba la felicidad.
- Me alegra saberlo, me alegra mucho. Me voy a casa, cámbiate ésa ropa mojada. Mañana pasa a por mi antes de que vayas con tus amigas, y me voy con vosotras. Sé que no te importa. Adiós.-Y se dispuso a abrir la puerta de su casa.
- ¡Adiós, Dani! - Feliz, feliz, feliz, feliz.
- Ah, se me olvidaba. Yo también te quiero. - Y la puerta se cerró.




¡ESPERAMOS QUE OS HAYA GUSTADO ESTE CAPÍTULO! Gracias por seguirnos, más muy pronto.<3

Capítulo 14: La despedida.

- Tranquila, Gis, yo hablaré con mi primo, intentaré hacerle entrar en razón, de que tiene demasiadas cosas en la cabeza...-Y se marcha.
- Tía, que fuerte, le has dejado hecho polvo... Me dice Araceli. - Y fíjate, que ahora, ni te podrá mirar a la cara.
- Lo sé, lo sé. Mirad, por allí viene Paula, pero no viene con Dani... Creo que va a ser mejor que me vaya...
- No, de eso nada, tú aquí quietecita. - Dijo Sandra mientras me agarraba del brazo reteniéndome en ese mismo lugar.
- Joder...
- ¡Hola chicas! Hola Gis... - Dijo Paula agachando la cabeza.
- Hola Paula. - Me mantuve tranquila y serena.
- ¡Hola Paula! ¿Sabes algo de Dani? - Araceli sacó el tema.
- Sí, eso, eso, ¿dónde está? Os vieron juntos después de Francés. - Ayudó Alba.
- Sí, estuve con él hablando.
- ¿Hablando? ¿De qué?
- Pues de cosas.
- ¿De qué cosas? ¿Eh? ¿Eh? ¿Eeeeeeeeeeeeeeeh? - Preguntaba Araceli con tono pícaro.
- Pues de cosas, ¡cosas! Sin mucha importancia. Me estuvo contando que le cogieron de guitarrista en el grupo del instituto, y que esta tarde tiene ensayo. Le pregunté si podía ir, pero dijo que no quieren que haya gente de fuera. - ¿Para qué narices quieres ir al ensayo? Un ensayo, es un ensayo. - Y eso... No le dije nada de ya sabéis que...
- Mejor. - Ya está, era raro que mi boca no soltara nada. Empieza la guerra.
- ¿Ya empezamos? Pero haber, mejor ¿por qué? ¿Es tuyo Dani? ¿De verdad? ¿No tengo derecho a decirle lo que me de la gana? Sí, lo tengo. Al igual que tú. Y me da igual si me rechaza, o si me equivoco, pero si quiero decírselo se lo digo, es más se lo voy a decir, ¡ahora mismo!
- Eh, tranquila, tranquila. - Y Alba la agarró del brazo. - No seáis así, ¿queréis arreglar las cosas ya? Muchas veces os ha gustado el mismo chico, y no pasa nada. ¿Os acordáis de Hugo? ¿Y de Héctor? ¿Y de César? Muchos chicos os han gustado a las dos, prácticamente a la vez, y no habéis montado este numerito.
- Ya... - Alba tenía razón.
- No... si tienes razón. - Paula también lo sabía.
"¡It's my life... It's now or never! ¡I ain't gonna live forever! Y just want to live while I'm alive..."
Y con esta canción, y algunas imitaciones de Bon Jovi por parte de Sandra y Araceli, se anunciaba el cambio de clase, la última clase, Biología.
- Tía, ¿y Dani? - Todas nos habíamos dado cuenta de que Dani no estaba en clase, y Alba lo había anunciado.
- No tengo ni idea... Esta tarde le veo, mañana os cuento.
La clase transcurrió con mucha normalidad, con mucho aburrimiento, y algún que otro rayajo tonto en mi mesa, por mi como autora.
Despedidas en el cruce que separaba el rumbo de las 5 amigas que volvían a sus casas. Muchos adiós, y muchos hasta luegos, algún que otro beso, y muchos: "¡Conectaros cuando lleguéis a casa!" por parte de Araceli. Como siempre, mi atajo por el supermercado. Y para mi irónica sorpresa, me cruzo con Álex...
- Adiós Giselle... - ¿Giselle? ¿Hacía cuanto que no me llamaba por mi nombre completo? Eso era preocupante... aunque su tono de voz, lo explicaba todo... Era cierto que estaba hecho polvo... Y yo no lo podía soportar, no podía soportar verlo así. Pero en esos momentos yo no tenía fuerzas para animarlo, y para suplicarle que esté bien, porque ni yo misma lo estoy.
- Adiós Álex, adiós... Álex... - Ya no era mi Álex... El "Te quiero" al final de cada adiós ya no era permisible. Y nuestras miradas de deseo tampoco... Todo se había apagado. Es increíble como una mañana puedes darte el mejor beso de tu vida con una persona muy especial... y horas más tarde, ése mismo día, esa persona ya no es nada en tu vida... o tú no eres nada para esa persona... Es realmente sorprendente.


18 de septiembre de 2011

Capítulo 13: Hablando no siempre se entiende la gente.

- Álex, no, espera. No se, ya lo sabias, sabias que me molaba Dani, no me puede dejar de gustar de la noche a la mañana, el sábado comí con el, pasaron cosas, que me dejaron un más traspuesta. - Iba corriendo, detrás de él. No vamos juntos a clase, pero prefería que lo supiera, que me mandara a la mierda si quería...
- Gis, luego te decía que no eras tonta. Claro que no lo eres, eres demasiado lista, has jugado conmigo, me dijiste el sábado que te prometiera que nunca te utilizara, no lo iba a hacer... Ni se me pasaría por la cabeza... Te quiero, ¿lo sabes, no?
- Álex, mira, prefiero dejarlo, en estos momentos necesito aclararme las ideas, creo que me gusta más Dani, lo siento, enserio. Lo último que quiero es utilizaros, quería decírtelo a la cara...
Me fuí corriendo, francés, ahora francés. Me toca con Dani, le pediré que se siente a mi lado, hablaremos, total Rosalia solo se dedica a copiar apuntes en la pizarra...
- Escucha, no se si quiero estar contigo. Pero lo que tengo claro que te quiero, y que tu beso, tu beso me encanto, puede que fuera un beso robado, pero creo que fue más especial que el primero. Me fui de tu casa porque tenía miedo...
- No hace falta que me digas nada, si quieres esta tarde hablamos, tenemos ensayo ¿Recuerdas, no?
- Ah, si. Es verdad, ¿paso a por ti?
- Genial, ya sabes donde vivo. Pasa a por mi a las cinco y media.
- Vale, pasaré a por ti.-
Justo entonces suena el timbre de cambio de clase, esta vez anuncia el recreo... Llevo almuerzo, raramente, porque de normal aguanto, habrá sido por la falta de sueño, para que después todo se me valla a la mierda... Veo a varias personas corriendo hacia mí, son ellas, me acaban de decir que Paula se ha ido a solas con Dani.
- ¿Cómo? Por su puta culpa he cortado con Álex, mejor dicho el ha cortado conmigo, aunque halla sido yo la que se lo haya dicho, sabía de sobra que lo haría el...
- Pues yo no creo que esten juntos, osea que consigan estar juntos, te lo juro. - Me dijo Vero, mi compañera de capamentos, y convivencias, ella es, junto a María, la unica que conoce realmente a Dani. - Te lo promento.
- Ehh, lo sabes de sobra, amor, sabes que Paula es así, que siempre se pilla por los primeros que ve...- Me dijo Alba, y que en verdad, tiene razón.
De repente, alguien me toca la espalda, si es Alex, me muero, después de dejarle en evidencia... Me da pena, pero pienso lo que me hizo hace tiempo, antes intentaba utilizarme, ahora, no lo se... Pero lo que si se seguro, que fuera quien fuera, no tenía ganas de hablar, de dar explicaciones.
- Perdón, solo quiero decirte una cosa, no quiero hacer de celestino, pero solamente quiero decirte, que has dejado a mi primo hecho polvo, - Genial, Jose, le había utilizado de celestino, ¿para que? No le he dejado las cosas claras, al parecer... - Y no se, yo no sabía nada de las conversaciones tuyas con mi primo...
- Jose, mira, no me apetece hablar con nadie, de nada. Y menos de ese tema... Ya me estoy amargando la existencia yo misma... - Me encuentro demasiado mal, tengo angustia, el nudo que tenia a las nueve de la mañana, lo sigo teniendo a las doce... - Lo siento, de verdad.
- Tranquila, Gis, yo hablaré con mi primo, intentaré hacerle entrar en razón, de que tiene demasiadas cosas en la cabeza... - Y se marcha.
- Tia, que fuerte, le has dejado hecho polvo... - Me dice Araceli. - Y fijate, que ahora, ni te podrá mirar a la cara.
- Lo sé, lo sé. Mirad, por alli viene Paula, pero no viene con Dani.



Pronto el capítulo 14, muchas más cosas, seguidnos leyendo y siguendo. Nada de esto se podría hacer realidad, si no fuera por vosotros. De verdad, aunque nos conozcamos via internet, ocupais un gran pedazo de nuestro <3

Capítulo 12: Mi maravilloso cuento.

Cinco y media de la madrugada, y aún no he dormido ni un solo segundo. Llevo toda la noche en vela, y no puedo más. Me siento fatal. El beso con Dani... lo ha cagado todo. Soy increíblemente tonta. Ahora he hecho que Dani esté hecho un lío, también lo estoy yo, y parece que Álex se ha enfadado... Mi Álex... Parece mentira. Es mío. Sólo mío, y no hago más que cagarla.
Las seis, sigo en vela. No creo que vaya a dormir nada en una hora. Iré a darme una ducha de agua bien fría, así al menos no tendré cara de muerta por la mañana.
- ¡Tía, tíaaaaaaaaaaaaaaa! - Gritos que venían de Araceli se oían ya al final de la calle. - ¡Que fuerte todo! ¡Que fueeeeeeeeeerte!
- ¿¡Pasa algo de lo que no me haya enterado!? - Preguntaba ansiosa Paula. Y la verdad, no me apetecía contarle nada.
- No, qué va a pasar. Es Araceli, que es idiota.
- Ya, seguro...
- ¡Que sí, joder! - Grité desesperada.
- ¡Eh, tranquila! Deberías de estar rebosante de felicidad, que tu querido Dani hoy ya está en nuestro instituto.
- Pues mira por donde no lo estoy... - La conversación se iba calmando mientras llegábamos a la puerta de la gran cárcel.
- ¡Gis, gis, gisssssssssssss! - Me susurraba con impaciencia Araceli.
- ¿Qué pasa?
- Ahí está tu amor, ¿no le vas a decir nada?
- Supongo que tendré que ir... está enfadado, lo sé.
- Bueno, ve, te veo en clase.
- Vale.
Me dirigí hacia Álex asustada... no sabía como iba a reaccionar. Cuando me coloqué delante de él, estaba serio, no mostraba rasgos de ningún tipo de sentimiento.
- Álex... lo del comentario...
- No digas nada, da igual.
- Pero... quiero explicártelo.
- Da igual, de verdad.
- ¡Pero déjame que te lo explique!
- ¡Que da igual! - Un gran silencio se apoderó de los dos - Vale, lo siento... No debería de haberte gritado. Lo siento.
- Da igual, es mi culpa, soy idiota...
Estaba dispuesta a entrar al instituto cuando me agarró del brazo, y me acercó hacia él. Entonces me besó. Un beso perfecto, en el momento perfecto. Era su manera de demostrarme que yo no era una idiota, que nunca lo había sido. Que para él era perfecta, y que para mi él también lo es. El beso fue más intenso que nuestro primer beso, aunque dice la gente, que el primer beso siempre es el que nunca se olvida. Cuando nuestros labios se separaron me abrazó, dulcemente, como todo lo que él hacía.
- Te quiero, Gis, te quiero muchísimo. No quiero que nada ni nadie estropeé esto, ¿vale?
- Yo... también te quiero... mucho. - A lo lejos pude ver como Araceli, Paula, Sandra y Alba estaban haciendo un "teatrillo", en el que lloraban de alegría y aplaudían sin parar. Eso me hizo pensar que habían visto aquella "escena de amor", de reconciliación. Son tan idiotas... pero las quiero muchísimo. Tanto como a él... y como a... ¡Dios! ¡Dios! ¡Allí está Dani! ¡Sigo abrazada a Álex! ¿Qué hago?
- Álex, deberíamos de ir yendo a clase... - Dije para que me soltara.
- Sí, claro... Ve con tus amigas si quieres, yo iré con David. Adiós, te quiero. - Y se fue con su amigo.
Fui corriendo junto a mis amigas, y Araceli me guiñó el ojo. Se alegraba mucho de lo que me estaba pasando, en ocasiones parecía que le hacía más ilusión que a mi...
- Viene Dani por detrás, vamos a esperarle... si queréis.
- Claro, claro, le esperamos.
Ya estaba junto a nosotras caminando hacia a clase, presentaciones, saludos, y miradas de complicidad. Demasiadas diría yo... Sobretodo de Paula hacia Dani. ¿Qué coño hacía? ¿Por qué le mira tanto? "Eh... eh... Relájate Gis, ¿qué pasa por que le mire? Tu tienes a tu Álex, lo tienes a él. Y mientras que a él no le mire de esa forma, los demás te tienen que dar igual." Pero había un problema... No eran los demás. Era Dani. Y estaba completa e inconfundiblemente enamorada de él.
- Gis... Una cosa... Que me han dicho que tu estás de vocalista en el grupo del instituto, que te acaban de cojer. - Decía Dani ingenuo.
- Sí, es cierto. ¿Qué pasa?
- Pues que... Siento decirte que... ¡Me han cogido de guitarrista! - Dijo alegre.
- ¿¡Enserio!?
- En serio, hice las pruebas hace un par de días, antes de mudarme definitivamente. Y me han cogido.
- Como me alegro...
- Sí, y yo también. Así podremos estar más tiempo juntos, y compartir nuestro amor...
- ¿Nuestro amor?
- Claro, por la música.
- Ah, sí, claro. El amor por la música... ¡Ja, ja, ja, ja, ja! - No pudimos evitar reír ambos. Era todo tan perfecto. Dani iba a estar a mi lado cada día. Y Álex... en fin. Era mi príncipe, en ese cuento tan deseado. Pero el argumento del cuento aún no estaba del todo planteado.
Llegamos al aula ciento veintinueve, el aula de religión, una hora a la semana, con los dos, una hora para rallarme, aun más...
-¡Bueno dias chicos! - Dijo la profesora de religión, con una rebosante sonrisa.- Hoy como todos sabeis, hay un alumno nuevo en clase, - Explicaba mientras yo me sentaba al lado de Álex... - pero no se donde le podemos colo...
- Que se ponga a mi lado. - Dijo Paula, como una loca. Me lo veía venir, desde hace muchisimo tiempo, ella se ha enterado esta mañana de que estoy con Álex, no puedo decirle que me gusta... - Que a mi no me importa.
- Vale, me pondré a su lado...- Dijo no muy convencido Dani, mientras me miraba, una mirada que hacía que me sintiera culpable, pero a la vez alegre, porque íbamos a estar juntos en los ensayos, en todos y cada uno de ellos...
Estábamos leyendo, cada uno por su cuenta, y de fondo se escuchaba alguna pequeña carcajada de Dani, y muchísimas risas idiotas de Paula, las típicas risas suyas, muy exageradas... De repente, cuando me giro, ella le estaba dando abrazos y cogiendo de la mano, ¿de que coño va?
- ¿Que te pasa, cariño? - Esos detalles son los que me encanta, pero me notaba alterada, eso no era nada bueno, para nada...
- No, no me pasa nada cielo, he dormido poco, eso es todo...
- Me alegro de que no sea nada malo, esta noche intenta dormir más. - Se preocupaba por mi, yo no podía, no podía con mi vida, me sentía fatal...
Suena el timbre de cambio de clase, y justo antes de salir Paula se dirige hacia mi....
- Gis, me mola Dani. Desde navidades, cuando le vimos en el festival de tu obra de teatro...
- ¿Qué? - Yo en el fondo ya lo sabía, pero a la vez no me lo podía creer.
- Que si tía, me encanta, me encanta, es perfecto. Ha sido un flechazo, y creo que yo le puedo llegar a gustar, se lo voy a decir en el recreo.
- ¡No! ¡Ni se te ocurra! - Un nudo se me formó en la garganta. Estaba convencida de que Dani no sentía nada por Paula, pero aún así, la pequeñísima posibilidad de que pudieran tener algo juntos... De verles en los patios, acarameladitos, besándose cuando salgamos todos juntos, como amigos. O cogidos de la mano. ¡Dios! No podía, no podía, estaba apunto de explotar. Y lo peor, es que iba a explotar contra Paula.
- ¿Por qué no? Yo también quiero estar así de feliz como tú.
- ¿Feliz como yo? ¡Para eso yo tendría que estarlo primero! ¡Y no lo estoy! Porque siempre que todo va bien, tú dices algo que hace que todo se vaya a la mierda. ¿Por qué no te puedes enamorar de otro? ¿Por qué? ¿Ochocientos alumnos en este puto instituto, y te tienes que enamorar de Dani? ¿De mi Dani? - ¿Mi Dani? Dios... Dios... esto se estaba yendo de la raya.
- ¿Tu... qué? Que yo sepa no es tuyo...
- ¡Mira, tía, déjalo! ¡Dile lo que quieras! ¡Pero no le gustas! ¡Ni le vas a gustar, jamás!- Estaba demasiado cabreada, demasiado alterada.
- ¿¡Pero qué coño te pasa!? ¿Por qué te pones así? Además tú no sabes si le gusto. No lo sabes... no sabes nada.
- ¿¡Que por qué me pongo así!? Yo te lo diré. ¡Porque estoy completamente enamorada de él! ¡Llevo estándolo des del primer día en que le vi, en que vi sus ojos y su sonrisa, y respiré su aroma! ¡Jamás voy a poder dejar de estarlo! Porque le quiero... le quiero muchísimo. Y ya estoy harta de mentir. - Entonces me di cuenta de que había gritado eso por todo el pasillo. Tan alto que cualquier persona que hubiera estado a menos de un kilómetro de mi, lo hubiera escuchado con claridad. Y ahí estaba Álex, detrás de mi... Había escuchado toda nuestra puta pelea. Y todo se había ido a la mierda. Me quería morir. ¡Quería dejar de formar parte de esta mierda de mundo!

Y... ¡Corten! Hasta aquí el Capítulo 12. Esperamos que os haya gustado. Más en los próximos capítulos. Nuevamente, muchas gracias, nunca nos cansaremos de dároslas, sin vosotros esta historia no existiría. ¡Un besazo! <3.

Capítulo 11: Algo sentido.

El sábado, cuando mi hermana me leyó la historia, como estaba agotada, me dormí. Llevaba dos días sin dormir casi.
Domingo, doce del mediodía. En estos momentos, estoy demasiado mal, demasiadas cosas se me han juntado. Inicio sesión en tuenti, tres fotos con comentarios, un evento con novedades y un mensaje privado.
- Creo que se de quien es - Me digo para mi, puesto que estoy sola, no hay nadie en casa. - Cinco euros a que es Dani - ¡Bingo! Y para mi, lo último que me apetecía era hablar con el, ni con el ni con Álex, estaba demasiado mal como para que se me notara que Dani me encanta o que estoy saliendo con Álex... No llego a leer el mensaje cuando tres ventanas del chat se abren. Paula, Araceli y Dani.  La que primero abro, como no, es la de Dani...
- ¿ Has leído el privado? ¿Qué piensas? - Se le notaba impaciente, no le veía la cara, pero el nunca me habla por tuenti, nunca.
- Dani, no, no lo he leído. Me ha sonado el aviso de que me hablaban antes de que se me cargara nada, y bien... ¿Que pone? Ya que estás conectado, podemos hablar, ¿para que leer un mensaje de una persona si estoy hablando con ella a la vez?
- Bueno, pues pone, que hacía mucho tiempo, demasiado, diría yo; que no sentía nada así. Nuestro beso, por llamarlo de alguna forma, me ha hecho sentir cosas que nunca había imaginado que podrían pasar.
Cierro un momento la pestaña, necesito un minuto, actualizo mi inicio de Tuenti, un comentario, un privado, un evento y las tres fotos... El comentario; Alex "Te quiero, mi vida." Lo borro sin pensarlo, no quiero que lo lea Dani, no quiero. Paula me ha hablado ocho veces, abro su pestaña.
- Tia, tia, tia. Que fuerte. Mañana clase con Dani, le han puesto en tercero. ¿Que tal todo? ¿Donde te metes?  Quedamos esta tarde, ¿no?
- Paula, estoy bien, ¿y tu? Ya, ya se que Dani va con nosotros a clase, pero sabes que a mi me mola otro, lo sabes... He comido hoy con Dani.
Otra pestaña empieza a parpadear... Es Alex, tengo ganas de hablar con el, pero no tengo. Ya que hablo con uno, tendré que hablar con el otro...
- ¿ Para que borras el comentario? ¿Que te avergüenzas de mi?
- Para nada, lo he borrado por otras cosas, pero no te preocupes, yo te quiero <3
- Álex ha cerrado sesión.
Tengo que abrir la conversación con Araceli. No he hablado con ella. Le dije que le llamaría, pero estaba reventada, no podía, no podía ni con mi alma ni con mi cuerpo.
- ¡Amoooor! ¿Estás en casita?
- ¡Ara! Si, ya estoy en casa. Estoy con mi hermana, tengo que cuidar de ella. Están mis padres trabajando...
- ¿Te llamo, vale?
- Vale, llámame.
 De repente, el teléfono suena.
- Biip, biip, biip... ¿Sí? - Araceli contesta. 
- ¡Tía, tía, tía, tía, tía! - Estaba muy nerviosa, demasiado. - ¿Qué, qué pasa? A ver, tranquila.
 - Álex, Álex, me pidió salir. Ayer, por la tarde, en el Starbucks. Y le he dicho que sí, estamos juntos.
 - ¡¿En serio?! ¡Como me alegro! ¡Es genial! 
- Espera, hay más. Hoy, me he cruzado con Dani, por la calle, ya se ha mudado. Me ha invitado a comer a su casa... ¡Ah! Por cierto, hoy he comido en tu casa, ¿Vale? Bueno, eso, y me ha invitado a comer a su casa. No se qué coño ha pasado, pero me ha empezado a decir que quería confiar en mi, ser mi amigo, y le he besado. Tía, le he besado. No me lo creo ni yo. Después no podía con la tensión y me he puesto a llorar... Y he corrido hacia mi casa. Y ahora, por Chat, me está diciendo que siente lo mismo que yo, que no sabe lo que siente pero que ese beso le ha despertado algo. ¡Estoy tan rayada! 
- ¡Joder, tía! ¡Medio día sin saber nada de ti y te pasa todo esto! ¡Es geniaaaaaaaaaaaaaaaaaal! Y no digas que no, porque sabes que te encanta todo lo que te está pasando. Tienes a dos tíos, a los dos tíos de tu vida, detrás de tí. ¡Ue, ue, ue, ue!
 - Pero, ¿qué hago? ¡Necesito tu ayuda! 
- La mía no, la de un genio. Me voy a cenar, que mi madre me está chillando. Hasta mañana. Adiós, te quiero. Bip, bip, bip, bip, bip, bip...
Cuelga, y se despide también por tuenti.
- Hasta mañana, amor.
-Adios, guapa <3
Dani me sigue hablando, yo la abro, ingenua de mi, no se que iba a pasar, no se como me puede pasar, una historia de cuento, de novela juvenil, las típicas,  como si de "Canciones para Paula" se tratase, el libro de Blue jeans.
- Y bien ¿que pasa? ¿ Que quieres responderme? Yo, solo puedo decirte, que te quiero, y eres muy importante para mí, que lo último que quiero es hacerte sufrir... Me voy, no se si mañana hablaremos. Pero el lunes nos vemos en clase. (L)
- Vale, mañana si puedo te llamo... Y hablamos, como amigos. Adiós.
Paula ya se ha desconectado, pero antes de eso, me ha hablado seis o siete veces más.
- ¿CÓMO? ¿CÓMO? ¿Como vas a comer tu con Dani? Jàjàjà Mañana nos vemos. Muakis
¿Lo habrá dicho con ironía? No me importa, son las once y media, voy a prepararme la mochila y me voy a dormir.


Muchas gracias a todos los que nos seguís, próximamente, más capítulos, como veréis, somos muy cumplidoras, nos agrada mucho que os encante esto, muchos besos <3 Patricia Estrella & Jessica Calippo de Limón Estos son nuestros tuentis no oficiales, vamos los de el blog y eso. Agregarnos si quereis :)

Capítulo 10: La cenicienta.

Estaba ansiosa porque sacara el tema del sms, pero no lo hacía. Y yo no podía hacerlo, puesto que quedaría de impaciente, cotilla, y de muchas más cosas, no muy buenas.
- Ah... Se me olvidaba, Gis. El mensaje...
- ¡Oh! Ni me acordaba, pero es cierto, queda pendiente esa conversación. - ¿Ni te acordabas? Que bien sabes mentir, cariño.
- Sí... Bueno, supongo, que no tendrás ni idea, de que quería o pretendía decirte.
- No... no tengo la menor idea.
- Pues... Dios, mira, no es muy fácil para mi decir este tipo de cosas, pero para todo hay una primera vez.
Cada palabra que decía, cada sílaba, cada letra, hacía que mi corazón acelerara su ritmo, hasta lograr salir de mi pecho, dejando caer de un hilo mi respiración. De hecho, mi mirada estaba tan fija en él, que no recuerdo si en ese momento mis pulmones tenían aire dentro.
- Pues... adelante. - Le animé, ya que hubo un gran silencio en el cual no veía pausa, ni fin.
- Mira, tú y yo no es que hayamos sido muy amigos la verdad. Será por la distancia, las circunstancias, o yo que sé por qué. Pero el caso es que, me gustaría... bueno, no. Me encantaría que para ti fuera algo más que un amigo. - ¿Más que un amigo? ¡Dios! ¡Dios! ¡Termina ya, por favor!
- ¿Qué... qué?

- Quisiera que fuéramos muy amigos, que confiáramos el uno en el otro, que nos contáramos todo. Para mi está siendo muy duro alejarme de mi familia y amigos, con esta mudanza. Y quiero tener cerca de mi un hombro en el que poder llorar. Quiero tenerte cerca, para saber que nunca me va a faltar de nada si te tengo a ti. No se si me entiendes... Quiero... Quiero...
- Yo quiero algo también...
- ¿Qué quieres?
Unas ganas terribles de besarle recorrieron todo mi ser. La verdad, nunca había tenido un beso en condiciones, un beso de verdad, un beso sincero, en toda mi vida. Pero estaba decidida.
- Quiero besarte. - Cuando dije esas palabras una sensación demasiado fuerte se apoderó de mi, y mis labios se juntaron demasiado rápido con los suyos, dando paso  por fin a un beso dulce, sincero, un beso esperado por mi desde hacía años. Tal vez, tan rápido, por miedo a que fuera rechazado. El mejor momento de mi vida. El mejor, sin duda. Lo quería, lo quería con toda mi alma. Fue un beso muy corto, pero muy intenso.
- Gis, gis, gis...
- ¡ Por favor! ¡Di algo! ¡No se que me ha pasado, soy una estúpida, soy una estúpida! ¡Por Dios, me quiero morir! ¡Soy la más estúpida de las estúpidas de todo el mundo!
- No, no digas eso...
- ¡Sí! ¡Es la verdad! ¡He jodido algo tan bonito! ¡Tan... Dios! - Entonces, eché a llorar... sin poder evitarlo. Soy tan bipolar. No era arrepentimiento, porque no podía arrepentirme de ese beso. Pero... me sentía muy mal. Álex, Álex, Álex... era lo único que podía escuchar en mi cabeza. Quería a Álex, quería a Dani... Y todo era tan confuso.
- No llores, por favor, no llores...
- Lo siento, Dani... Lo siento de verdad. Olvida lo que ha pasado. ¡Olvídalo!
Entonces salí corriendo por la puerta de aquella casa, que aún tenía olor a cerrado, a humedad. Y la última imagen que tuve de Dani fue un intento de consolarme, de que dejara de llorar. Pero fue imposible. Llegué a mi casa, y lo único que pude hacer es encerrarme en mi cuarto, y apretar mi rostro contra la almohada. Y llorar, y llorar... y llorar. Entonces escuché como la puerta de mi habitación se abría lentamente.
- Gis... Los papás se han ido hace nada. Porque decían que llegarías pronto. - La voz de mi hermana pequeña, tan dulce... tan ingenua, y tan inocente... era una voz celestial, como de un angelito - ¿Estás llorando? ¿Qué te pasa?
- Nada... cosas de mayores... - Me dolía tener que decirle eso a mi hermana, ya que cuando yo era pequeña, me fastidiaba mucho que me dijeran eso. Pero es que, no me apetecía contarle nada a nadie.
- Pero, yo soy mayor. Puedes contármelo.
- No, Nuria... De verdad, estoy bien. De verdad. - Sonreí falsamente, para que dejara de preocuparse.
- Bueno, vale, te creo. Pero un bicho muy grande se había de haber metido en tu ojo, para que lloraras así. - Y echó a reír, con esa risita suya de diablillo.
- Sí, muy, muy grande. ¿Te leo un cuento?
- ¡No! ¡De eso nada monada! 
- ¿Y eso por qué? Te encanta que te lea cuentos.
- Pero es que... tu siempre me lees cuentos cuando estoy triste. Y ahora estás triste tú. Así que, te voy a leer yo a ti el cuento. ¿Vale? - Podía ver como se levantaba de mi cama para coger del estante bajo de la librería: "La cenicienta". Era su cuento favorito, y también el mío, puestos a hablar de cuentos.
- Este, te voy a leer este. - Dijo sonriente, y feliz.
- De acuerdo. - Entonces se recostó en mi pecho, y se tumbó a mi lado. Abrió por la primera página el libro y empezó a leer.
- Hubo una vez, hace mucho, mucho tiempo una joven muy bella, tan bella que no hay palabras para describirla. Se llamaba Cenicienta...
Escuché a mi hermana pequeña leer el cuento, con su dulce voz, hasta la última de las páginas: "Vivió feliz, hasta el último de sus días en el palacio, con su príncipe azul..." Su príncipe azul... Y el mío está tan perdido. O tal vez no tanto, quién sabe. Puede que mi príncipe esté más cerca de lo que puedo imaginar.




¿Álex? ¿Dani? ¿Qué pasará? ¡El capítulo 11 muy, muy pronto! Esperamos que os haya gustado este capítulo. Muchísimas gracias nuevamente, por seguir esta historia, y por visitar nuestro Blog. Podéis suscribiros, seguir el Blog, dejar todos los comentarios que queráis, dando ideas, animando, haciendo críticas. ¡Lo que deseéis!
Aquí dejamos nuestros respectivos Tuentis, por si queréis agregar: Patricia Estrella & Jessica Calippo de Limón. ¡Miles de gracias! :)

Capítulo 9: El primero en mi lista.

- Biiip... Biiip... ¿Diga?
- Papá, escucha, que no me hagáis comida que no voy a comer en casa.
- ¿Y dónde vas a comer?
- Me ha invitado la madre de  Araceli, a comer allí, ¿no te importa, no? - Mentí.
- ¡Ahh! Está bien, en cuanto termines de comer te quiero ver aquí, que tienes que cuidar de tu hermana.
- ¡Hecho! ¡Hasta luego!
- Adiós.
Creo que en mucho tiempo, no había estado tan ilusionada por una cosa. Tampoco tan intrigada por otra. ¿Qué querría decirme Dani con el mensaje? Bueno, no debo hacerme demasiadas ilusiones... Pero, ¿y si lo supiera? ¿Y si sospecha algo? No, no puede sospechar nada. Ahora estoy con Álex, y es algo que llevo esperando meses. Estoy demasiado feliz como para estropearlo ahora, por una simple obsesión, Dani es un amigo, nada más. ¿Un amigo? No, no puedo mentirme a mi misma. Puede que ahora, en este momento, cuando está lejos de mi, como otros muchos momentos. En esos instantes es un amigo, un muy buen amigo. Pero cuando lo veo, cuando lo tengo enfrente, a centímetros de distancia; cuando miro sus ojos, sus preciosos ojos castaños... Y cuando veo su metálica sonrisa, pero a la vez tan perfecta, que tanto me encanta... me pierdo. Y en esos segundos, cuando estoy con él, una sensación me invade. Invade mi pensamiento, y mis razonamientos de días anteriores, y mis rayadas, se van a la mierda. Porque un escalofrío recorre todo mi cuerpo cuando estoy cerca de él, y entonces vuelve a ser el primero en mi lista... No puedo engañarme... Siempre va a ser el primero.
¡Din, don!
- ¡Ah, hola Gis! ¿Cómo has pasado? Pasa, pasa.
- La puerta... estaba abierta.
 La entrada de ese piso era pequeña, pintada de verde pistacho y marrón, dos paredes de cada. No tenía ningún mueble aún, solo una "mesa" improvisada, con cajas de cartón y una sábana por encima, que sostenía las llaves un monedero y un paquete de tabaco.
- ¿Tu madre fuma? - Tonta, tonta, tonta. ¿Qué más te da que su madre fume? No pienses en voz alta.
- Bueno... hasta hace 2 días no... Ahora, se ve que sí...
- Ah... No pasa nada, mi madre también fuma. - Solté una pequeña carcajada para calmar el ambiente, y el rió conmigo. Me encanta hacerle reír.
- La mesa aún no está puesta, ni la comida lista, espero que no te importe. Mi madre no está, y no he tenido mucho tiempo desde la última vez que nos vimos. - Era sorprendente que un chico de su edad supiera cocinar tan bien como él lo hacía - Si quieres, puedes poner la mesa mientras yo acabo el arroz... Claro, si quieres. Si no puedes ver...
- Tranquilo, pondré la mesa con mucho gusto. - Le interrumpí con una gran sonrisa.
- ¡Perfecto! Los cubierto están aquí y los platos, aquí.
- ¡Perfecto, también!
Puse la mesa en un par de minutos, lo que tardó en escucharse el: ¡Din! del microondas. Lo que señalaba que el tomate frito estaba listo, todo estaba listo. Y lo vi acercarse con la comida hacia el salón.
- Y bueno... ¿Qué tal tu primer día en esta "maravillosa" ciudad?
- ¡Genial! Bueno, ya sabes... Al ser un sitio pequeño, al principio algunas radiografías de la gente, y alguna que otra cara rara de: ¿Y este quién es? Pero estoy acostumbrado... Supongo. ¡Ja, ja, ja, ja! - Los dos reímos nuevamente.
- Tienes... Tienes tomate, en el bigote. - Y una nueva carcajada inundó aquel gran espacio.
Estaba ansiosa porque sacara el tema del sms, pero no lo hacía. Y yo no podía hacerlo, puesto que quedaría de impaciente, cotilla, y de muchas más cosas, no muy buenas.
- Ah... Se me olvidaba, Gis. El mensaje...


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Capítulo 8: Cuando lo tenía todo y no tenia nada.


Cuando lo pienso, me mareo. Y cuando no lo pienso, me rallo mucho más. Ahora me da tiempo para pensarlo, no mucho, pero… Aunque esté saliendo con Alex, no estoy demasiado segura, creo que me gusta muchísimo más Dani. El lunes, religión, con él. Con Alex, encima juntos, yo la primera de la lista, Giselle Asensio y Alejandro Cuesta. Parece que todo vaya a mi favor, pero más me vale no dormirme, si quiero hablar con él, para así al menos solucionar las cosas, que me quite este lio enorme… Voy a la casa de Alex y le llamo a la puerta.
- ¿Si? ¿Quién es?
- Hola Gaby, soy Giss, la compañera de clase de tu hijo, que necesito preguntarle una cosa.
- Vale, te abro y subes. – Me dice con un tono  alegre. Y yo subo las escaleras, cuatro altos pisos, pero se que estoy segura de hacerlo, aun nadie sabe lo nuestro, y… Allí, en la puerta de su casa está Alex.
- Alex, escucha, no sé, estoy hecha demasiado lio, no se si creerme que me quieres…
En ese momento, me besa, un largo beso, que nadie se esperaba, que mucha gente desearía tener, como yo deseaba, hasta hace unas milésimas de segundo.
- No se si así te lo creerás, pero, yo me lo creería, se que he sido un capullo…
- Me lo creo, nos vemos mañana, que mis padres no saben que estoy aquí…
Bajo, lentamente, con una sonrisa de oreja a oreja, la verdad es que no se como le ha salido de “boom” puesto que siempre, siempre, me decía que me utilizaría, que me pida salir, me resultó extraño, pero sabía a ciencia cierta, que a Dani no lo conseguiría…
-Gis, ¿qué tal todo? – Una voz, conocida, pero aún no sabía de quien provenía…Me giro, y para mi sorpresa, es Dani.
- ¡Dani! ¿Ya has empezado con la mudanza? Me he enterado de todo, lo siento… Y respecto a tu mensaje, ¿Qué querías? Debía haberte llamado, pero he estado liada, con demasiadas cosas. – Aún me sorprende más, que un sábado por la mañana al ir a comprar el pan,  me encuentre contigo. ¿Dónde vas a vivir?
- Aquí al lado, en los pisos estos, en la puerta ocho. Hemos empezado con la mudanza ya, y estoy ayudando, como se nos va ha hacer tarde comeremos aquí, si te quieres venir a comer y de paso después hablamos sobre el mensaje. Es bastante grande y supongo que alguien habrá de mi edad. Más que nada, para no tener amigos solo del instituto… - Sonríe.
- Yo no se de nadie que viva ahí, pero se seguro que yo vivo en los pisos de enfrente, y que si quieres, te presento a los de mi edificio, que tienen un año más que yo, vamos, tu edad. Y espera medio segundo y llamo a mi padre, le digo que no voy a comer a casa y listo.
- Pues por mi encantado, ahora nos vemos. Voy a comprar un paquete de arroz y haremos arroz a la cubana. ¿Te gusta, no?
- Me encanta, luego nos vemos.
Increíble, las cosas siempre me sonríen, yo no sé si pasa así porque yo hago que suceda, o es el destino que le encanta jugar conmigo, un día si, otro día no… Lo único que se es que pronto, muy pronto estaré comiendo con Dani, y después hablaremos, si no me lo dice el… Pero si me lo dice, estaré hecha un lio, estoy saliendo con Alex, pero creo que me tengo que amueblar las ideas.

17 de septiembre de 2011

Capítulo 7: Un respiro, un momento, un segundo.

Suena la alarma del instituto, las dos, ¿Cómo? ¿Imposible? Se me ha pasado el día volando.
-Gis, está tarde nos vamos de compras ¿Te vienes? Así te despejas un poco, por tu bien, vendría. – Araceli, alba y Sandra vinieron corriendo. Las notaba demasiado insistentes, a Sandra la que más.
- Vale, de acuerdo. Si queréis nos recoge mi padre, que está tarde no trabaja. ¿A dónde vamos a ir?
- Ya verás. Solo te decimos que de compras vamos… A las cuatro y media pasamos a por ti, arréglate. Y intentaremos ser puntuales.
Me estaba vistiendo, un vestido blanco y azul, con el cuello de pico. Para el calzado, unas sandalias blancas, con dos botones en el centro. Y en el peinado, el pelo suelto, como me he duchado, me he puesto un poco de espuma y se me ha quedado bastante bien.  Llaman a la puerta.
-Gis, ¡baja! -Ya estaban abajo, y para mi sorpresa con diez minutos de adelanto.
Una vez en el autobús, cada una estaba con sus cosas, pensando, hablando, escuchando música. Yo estaba escuchando la canción “The reason” de “Hoobastank” cuando bajamos en la parada adecuada, en la plaza del ayuntamiento.
-¡Vamos a Hollister! – Justo cuando lo dije yo, lo dijeron las demás – Me tengo que comprar unos pantalones, que vi, y me he enamorado de ellos. Llevo un mes ahorrando, pero…
- Se cuales dices, a todas nos encantaron- Dice Sandra, mientras se ríe, la vez que vi los pantalones, iba con ella. Y me compré la sudadera, que aunque sea de chico, ni lo parece. Azul, preciosa.
Ya estamos allí, aunque me cerraran los ojos lo sabría, me encanta el aroma que se respira allí, y los dependientes, vamos… Cuando cojo los pantalones, como ya me venían me dirijo hacia la caja,...
-Gis, ¡pruébatelos! Toma, con esta camiseta ancha, para ver el efecto – Me extrañó un poco, puesto que Araceli sabia que esa es mi talla de pantalón y ya sabía que me venían.
- Está bien, aunque ya se con que ponérmelo. Ya de paso me cojo esta chaqueta, que aunque sea un poco más cara, para invierno estará muy bien.
- ¡Claro que sí! Nosotras nos esperamos por aquí. Si necesitas algo, nos llamas.
Cuando llego a los probadores la dependienta me pregunta cuantas prendas llevo, tres, le respondo y me abre con una llave el probador, anda, mira tú por donde, me ha tocado el grande, ese es genial, parece el pasillo de una pasarela. Primero, los pantalones, vale, eso está claro, me vienen perfectos. Ahora la chaqueta, me encanta, me he enamorado de ella, cuesta 83 euros… No, no me la cojo, vendré con mi abuela y me la comprará ella, por el regalo que siempre me hace para invierno, por las notas, que me la compré y ya me la dará. Salgo de los probadores y no hay nadie, bueno si, un chico hablando por teléfono, un momento, su voz, me resulta muy familiar, demasiado. Se gira. Imposible, Alex.
-¿Qué haces aquí? Que coincidencia ¿eh? – De repente me llega un sms, de Alba,”¿ ya has visto tu sorpresa? He aquí nuestra insistencia en que vinieras” – Vale, ya no es tanta coincidencia. ¿Por qué has aceptado?
- Hola, Gis. He aceptado porque sabes de sobra, que soy un cretino, que tengo que hablar contigo y que las cosas no se pueden quedar así. ¿Te apetece que vayamos a Starbucks?
- Mmm, vale. Espera, que me compro estos pantalones y nos vamos. – Mientras hago cola, les mando un mensaje a las “capullas” de mis amigas; “ sois demasiado simpáticas, ¿lo sabéis, no? A las 8 y media quedamos en la Plaza del Ayuntamiento, que mi padre viene a por nosotras, ya he quedado con el que le acompaño a la parada del metro. Ya os cuento”
- Son cuarenta y dos con noventa. –Me dice el dependiente, que es muy mono. Me da el ticket y una bolsa enorme, en comparación con lo diminuto que es el pantalón. – Gracias por la compra, tenemos página en facebook, síguenos.
Salimos de la tienda, la música de esta aun se escucha, no mucho, pero algo. Ninguno sabemos que decir, yo aún estoy en estado de shook.
-Bueno… Sé que nos hemos visto hoy, cuando ibas hacia clase, me ha apetecido acompañarte, pero tenía que ir a por mi primo, y si no, no le podía avisar.
-Sabes de sobra que no tienes porqué acompañarme, yo no me voy sola, el año pasado si, pero ahora no… ¿A cuál Starbucks quieres ir? Yo suelo ir al de San Vicente.
- Vale, pues si sueles ir, vamos.
Y continuamos caminando en silencio, alguno hace un pequeño comentario chistoso, los dos reímos, y seguimos en silencio…
-Ya estamos, ¿Qué quieres tomar? Yo te lo pido.
- Un frapuccino mediano de chocolate, gracias.- Y mientras él se va a pedir, yo aprovecho para llamar a Araceli, me dice que espera que me lo esté pasando bien, y que mi chico me espera. Que han hablado con él en matemáticas, y que quería quedar conmigo.
- Aquí tienes, y que sepas que te he invitado. – Me dice y sonríe, lleva lentillas, así sus ojos son aún más bonitos.
- Muchas gracias, no tenias porque. Y bien, respecto al mensaje que me mandaste, ¿Qué querías? Esque no te pude responder porque estaba en la prueba de música, pero lo leí.
-Ah, pues quería más que nada pedirte disculpas, soy muy raro en estos temas. Y que a mí también me gustas, pero como muchas me lo han dicho para mentirme, para que me hiciera ilusiones, pero creo que, si te he gustado dos veces, no tiene porque ser mentira. ¿No?
- Pues, raro no hay nadie. Solo son personas diferentes. Y ahora yo no sé qué decir, ¿que se supone que se hace en estos casos?
- Pues se supone que la gente sale, pero… Gis, ¿quieres salir conmigo?
- Alex, ahora ya me has dejado aun mas rallada te importa que me lo piense, y a las nueve cuando bajes a pasear a tu perro, me llamas al timbre y te doy mi respuesta, ¿vale? Esque es tarde, he quedado con mi padre  a las ocho y media y ya son y veinticinco…
- Vale, no pasa nada. Paso a por ti.
De camino a la plaza, veo a Araceli, Alba, y Sandra…Van llenas de bolsas, claro, han aprovechado muy bien la tarde… Ahora les contaré todo lo que he hablado con él, algo en claro he sacado, pero ahora estoy demasiado rallada.
-Chicas, voy a salir con Alex, pasa a las nueve por mi casa, voy a darle la respuesta.
- ¿Qué te ha pedido salir? Que fuerte, que fuerte. ¿Entonces, vas a tener novio? Más te vale, porque como le digas que no. Y no pienses en Dani, es solo un amigo más- Me dice Alba, ella es la que más razona en este sentido de las tres.
- Bueno, ya está aquí mi padre. Ni una palabra de que no he estado con vosotras en toda la tarde.
- Prometido.
Nos subimos en el coche, yo delante, y las demás detrás, en el coche está puesta Europa FM, y suena la canción “El secreto de las tortugas” de “Maldita Nerea”
-¿A quién dejo primero? – Dice mi padre.
- Primero deja a Sandra y después a Alba y Araceli, que viven enfrente.
- Primera parada. ¡Hasta luego! Mañana quedamos, eh.- Aunque se de sobra, que luego le dejare un privado en tuenti, para saber lo que he hecho al final.
- Segunda y última parada. ¡Hasta luego, chicas! Araceli, luego te llamaré.
- Acabáis de estar juntas, ¿Y ya os llamáis? – Interrumpe mi padre.
-Ah, papá, déjame en casa de la abuela, que le tengo que decir una cosa, ahora iré a casa.
Me deja, y me dice que puede que se vallan ha cenar por ahí, yo como no tengo hambre me quedaré en casa. A lo lejos se ve una silueta, es Alex. Corro hacia él.
-Escucha, que sí. Pero prométeme que no me vas a utilizar.
- Te lo prometo.