23 de septiembre de 2011

Capítulo 18: Todos y cada uno de los días de mi vida.

El amor... El amor pueden ser muchas cosas. Según la Real Academia Española, el amor puede llegar a tener 14 significados distintos, sin contar otros conceptos derivados. La principal definición que se le asocia al amor es un sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de la unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear. Según la Biblia; el amor es saber soportar, ser bondadoso; es no tener envidia, no ser presumido, orgulloso, grosero o egoísta, y tampoco rencoroso. Ahora bien... Puedes creerte o no creerte esos significados. Puedes aplicarlos o no a tu día a día. Para mi el amor es algo distinto. He podido descubrir estos días que el amor es lo que da la vida. Al fin y al cabo, es lo que hace que la especie humana no se agote. Es un sentimiento que hace que cuando estás con esa persona te olvides de todo, te centras en él, y solo existe él; nada más. Cuando le hablas, cuando ves sus fotos, sus mensajes... Cuando le miras a los ojos, o cuando le escuchas reír... Cuando le besas, y cuando él te besa a ti. Cuando no habéis estado ni cinco minutos lejos y ya le echas de menos... y sólo quieres estar con él. Cuando sientes que le necesitas, y que ya nada sería lo mismo si desapareciera de tu vida en ese instante. Y lo mejor, cuando ya no te imaginas tu vida sin su presencia a tu lado. Éso... éso es el amor. Y mi vida ya no podía imaginarla sin Dani. Nada más existía si no estaba él. En muchas ocasiones, cuando sueño con él mientras duermo... Me lo imagino perfecto, completamente perfecto. Cuando le veo, luego, una vez despierta. Lo sigo viendo perfectamente perfecto. ¿Y por qué, Gis? Yo te lo diré. Porque tu mente es él, tus sueños son él, y lo que te despierta cada mañana, tu realidad, es el pensar que lo vas a ver cada día; todos y cada uno de los días de mi vida.

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