30 de septiembre de 2011

Capítulo 22: Blue.

El día ha llegado, era Sábado, y también el cumpleaños de Araceli. Tenía demasiadas ganas de que llegara la hora de la fiesta, las 19:00. Ayer, le había dicho a la cumpleañera que si se empeñaba en quedarse en casa a estudiar, que por lo menos se viniera a mi casa conmigo, y estudiaríamos juntas. Lo que ella no sabe, es que cuando entrara a mi cuarto vería su precioso vestido rosa, el que se probó hace sólo unas horas.
La verdad, nunca había estado en una fiesta así; era una especie de baile, de los que hacen en los institutos pijos de América, más o menos así. Cada uno con su pareja, y las chicas, debían llevar una máscara que les cubriera la cara. La mía era azul con adornos en plata, a juego con mi vestido. Mucha gente iba a asistir a la fiesta, gente con la que tan si quiera tenemos a penas relación; pero eso no importaba, porque el propósito era pasar una noche, que fuera muy difícil de olvidar. Con quién íbamos a ir de pareja, era sorpresa; aunque en algunas personas, como yo, era obvio con quién íbamos a asistir a dicha fiesta. Y en cuanto a Araceli... tenía la mejor pareja que ella pudiera esperar, y desear. Se trata de Christian, un chico que conoció hace mucho tiempo. Tiene dos años más que nosotras, aunque está repitiendo cuarto. Su pelo es castaño, y tiene unos preciosos ojos azules que, sin duda, llaman mucho la atención. Por lo poco que sé de él, y por lo poco que hemos podido hablar, parece muy simpático. Y no dudó ni un segundo cuando le preguntamos si quería ser la sorpresa para el cumpleaños de mi amiga. No va a nuestro instituto, ni si quiera vive por esta zona; antes, cuando vivía aquí, Araceli y él se conocieron porque tenían una amiga en común. Pasaron varios meses saliendo los tres juntos, y algún amigo más de él, o de ella; hasta que un día, se cambió de ciudad, por asuntos de su familia... Bueno, el caso es que Araceli no lo ha vuelto a ver, y de éso hace muchísimo tiempo. Han podido hablar de vez en cuando por las redes sociales, y eso, pero... ni mucho menos ella espera verle dentro de un par de horas. No tengo ni idea de lo que vaya a pasar esta tarde, pero lo único que sé, es que le va a encantar la sorpresa; todas lo sabemos.
Sóla en casa, miro el reloj, las 17:00. Que empiece la fiesta.
"If we ever meet again" suena en mi reproductor de música; una canción que realmente me encanta, ya tiene su tiempo, pero no me canso de escucharla. Me doy una ducha larga y relajante, tengo tiempo, y la necesito. Listo, ahora me haré la trenza al lado, con las extensiones. ¡Realmente fascinante! Me ha salido muy, muy bien. Y no me queda nada mal, sin duda, hoy es un día espectacular, y lo que queda. Quedan muy pocos minutos para que Araceli llegue, mientras tanto me daré los principales retoques del maquillaje, y antes de irnos lo perfeccionaré.
¡Biiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiib!
¡ Ya está aquí !
- ¿Ara?
- Sí, soy yo, abre. - Y la esperé en la puerta, pudiendo oír como subía por las escaleras, segundo piso.
- ¿Y ésa trenza? ¡Que hay que estudiar! ¡Nada de hacernos fotos, eh!
- Sí... Estudiar... Sólo era para ver como quedaba. - Casi exploto en una carcajada, pero tuve que contenerme. Araceli se dirigía al salón, ya que supuso que estudiaríamos ahí, que es más amplio.
- Espera, espera, vamos a mi cuarto, que coja mis apuntes.
- Ah, vale.
No tengo palabras para describir la cara que puso cuando entró a mi habitación y vio aquel vestido. Todos los libros y apuntes que llevaba en la mano se le cayeron al suelo, y su boca se abrió como muestra de mucha sorpresa, de forma casi inevitable.
- Pero, pero, pero, pero, pero, pero.
- Pero, pero, pero; sí, es para ti, y te lo vas a poner esta noche, para tu fiesta. - Sonreí muy ampliamente.
- ¡Estáis mal de la cabeza! ¡Locas! ¡Chaladas! ¡Cabras! - Estaba gritando por toda la habitación mientras no paraba de dar vueltas al vestido.
- Sí, sí. Pero nos quieres.
- Eso es lo que va a hacer que no me enfade y os grite, y que vaya a la fiesta.
- ¡Esa es mi Ara! Además, ¿cómo ibas a quedarte sin fiesta? ¿Y sin regalo? Obviamente, ni en tus peores sueños. - Y le guiñé el ojo.

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