17 de septiembre de 2011

Capítulo 6: Viernes, mi salvación.

¡Pi, pii, piii!
¡Dios! ¿Las siete? ¿Ya?
¡Pero si no he dormido nada! Aunque bueno, no es de extrañar. Con la cabeza a punto de explotar, no es posible dormir mucho, que digamos...
¿Desayuno? No, no tengo hambre... Nunca la tengo, últimamente. Pero bueno, comeré algo, ya que en el instituto normalmente no almuerzo. Dos galletas está bien, sí. Hora de vestirse. Los pantalones que tanto me gustan, los pitillos largos, verdes... como sus ojos... ¡No! ¡Ya basta! no te puede recordar todo a él. Tienes que distraerte como sea, aunque hoy, teniendo a primera hora que verle, en matemáticas... ¡Bah! ¿Sudadera? No, demasiado calor. Sí, esta básica azul irá bien. Las viejas converse amarillas, me encantan. Aún no he logrado descifrar que significan las iniciales que escribí en su día con boli, en la suela. “DAL” La D, y la A, está claro. Pero… ¿La ele? Una coleta alta, no demasiado perfecta, listo. Unas gotitas de colonia, “Halloween”, irá bien. La raya, no muy marcada. Listo, todo listo, todo perfecto. Ojalá todo fuera tan fácil, como arreglarse un viernes por la mañana para ir a clase…
- ¡Gis! – Una voz grita tu nombre, viene de lejos, pero, ¿De dónde?
- ¡Gis! ¡Espera! – No puede ser… Alex, que oportuno… con toda la ironía posible.
- Hola, Alex…
- ¿Vas a clase, no?
- Claro, dónde voy a ir.
- Vale, vale, pues ahora nos vemos – Se despide con una gran sonrisa.
¡Es increíble! ¡Ni una palabra de lo que está pasando! De lo que me pasa, de lo que nos pasa. Bueno… Al menos, me ha sonreído, y esa sonrisa era sincera, de verdad.
De lejos puedo reconocer a Araceli, a Alba, y a Paula. Vienen hacia aquí. En la plaza está Vero, últimamente siempre llega la primera.
- ¡Hellooooooooooooooooou! ¿Con ganas de mates a primera hora? Asco de vida. – Araceli, siempre tan positiva, nuevamente, con toda la ironía del mundo.
- No, no muchas la verdad.
En la puerta de clase, aún no hay nadie. Y dentro, tampoco. Las luces están apagadas y las sillas encima de las mesas. Las ventanas cerradas, todo sin vida.
- Mira quien viene por el pasillo. – Dice Alba sin miedo, ya que la clase estaba al final, y Alex aún estaba lejos.
- Me lo acabo de cruzar, mientras iba a la plaza…
- ¡¿Qué?! ¿Qué te ha dicho? – Sandra acaba de llegar, muy puntual. Lógico, vive al lado.
- Pues nada… Que ahora nos veríamos en clase…
- Gente sosa, gente sosa everywhere. – Dice Araceli bailando por el pasillo.
Ya ha llegado a donde estamos nosotras. ¡Estoy harta! Cuando estamos solos, siempre tan amable. Pero cuando estoy con alguien, ni me saluda.
- ¿No le dices nada? – Cuestiona Alba.
- Ni hablar, ha llegado él el último, ¡es el que tiene que saludar! – Araceli responde por mí. Pero la verdad, es que tiene razón. Él es el que tendría que saludar, y no lo hace…
El profesor ya ha llegado, y no tiene muy buena cara… Una larga clase de matemáticas, me espera, y escondido tras la clase, un largo día.

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