30 de octubre de 2011

BLOG CERRADO TEMPORALMENTE.

Las escritoras nos estamos dando cuenta de que nos resulta imposible escribir y tener examenes, sentimos las molestias, en cuanto podamos, escribiremos. <3 BESOS PATRI* (:

24 de octubre de 2011

Lo sentimos, de verdad. (:

Bueno, como mucho habréis podido comprobar, hace bastante que no publicamos capítulos nuevos... El problema es el siguiente: ¡No tenemos tiempo! En serio, nos encanta escribir, y más nos encanta aún cuando vemos que la historia gusta a unas cuantas personas, y visitáis el NUESTRO BLOG, para ver si seguimos escribiendo... Pero no tenemos tiempo, estamos liadísimas. Intentaremos ir escribiendo capítulos en cuanto podamos. La historia sólo acaba de empezar.
Un beso<3.

7 de octubre de 2011

Capítulo 25: Sin duda.

- ¿Que si me gusta? ¡Me encanta! - No pude evitar darle otro abrazo. - Pensaba que no volvería a verte.
- Pues, aquí me tienes, y soy el mismo que el de hace unos años, solo que... un poco cambiado. - Y los dos reímos. - Por cierto, estás muy guapa.
- Muchas gracias, Christian. - Algo me decía que mis mofletes se habían enrojecido rápidamente.-Tú... No estás nada mal.
- ¡Ja, ja, ja, ja! Gracias, chica. - Guiñándome el ojo.
- De nada... Es la verdad... - No pude evitar perder mi mirada entre sus ojos celestiales. Era como si no encontrara fin en ellos. Un pequeño laberinto, hacia la felicidad.
- Y bien... ¿qué tal todo? ¿Te has acordado de mi estos años? - Salimos un rato fuera, a la puerta del recinto. Nos sentamos en un banco que había en frente, para poder hablar tranquilamente, y estuvimos un buen rato charlando de muchas cosas.
- Bueno... Es tu fiesta, quieres... En fin... ¿Quieres bailar?
- Si tuviera pareja... Me encantaría... Pero no la tengo.
- Claro que la tienes. - Entonces me cogió de la mano e interpretó el papel de cualquier príncipe azul pidiéndole ir al baile a su princesa. - Bella dama, ¿aceptas ser la pareja, en el baile que hay a unos metros de nosotros, de este caballero con muy buenas intenciones?
- ¡Ja, ja, ja, ja! Venga... vamos a bailar. - Y juntos volvimos a entrar al baile.
Estuvimos un rato con todos bailando con varias personas canciones moviditas, hasta que llegó el momento de la gran canción... La canción final, la que concluía el baile, y por lo tanto, la gran fiesta. "Only hope - Mandy Moore" sonaba por todo el recinto. Y cada pareja comenzó a pegarse, y a bailar muy lentamente, juntos, totalmente juntos. Entonces yo no sabía qué hacer, cómo reaccionar.
- Bueno... Ahora sería el momento en el que tendríamos que bailar juntos, de un lado para el otro lentamente y eso... - Me dijo.
- Se supone... Sí... - Y poco a poco se fue acercando a mi, hasta que lo hizo por completo.
Dejando mi cabeza en su hombro y mis brazos rodeando su cuello, y él por mi espalda. Mientras bailaba con él, pude ver como todo el mundo lo hacía con su pareja. De una forma muy especial, se respiraba puro amor en la gran sala. Pude ver algunos besos, de Dani y Gis. También pude ver algunos susurros al oído de mis otras amigas con sus parejas, y alguna sonrisilla que otra.
Pude ver como Alba giró su cabeza hacia el lado donde yo bailaba con Christian, y me sonrió al ver que estábamos juntos, tan pegados, como si estuviéramos hechos el uno para el otro.
- ¿Sabes qué momento viene ahora...? - Me susurró levemente. Yo no contesté... Parecía una de esas preguntas que se responden solas, sin necesidad de palabras.
Entonces se alejó unos centímetros de mi, y puso poco a poco sus manos sobre mi máscara, y se dispuso a quitármela... Tan despacio, que todo parecía mágico, un sueño, y yo estaba tan profundamente dormida en ése sueño que no era ni consciente de lo que pasaba. Colocó mi máscara sobre mi pelo, dejando libre mi cara. Y entonces fue acercando despacio su rostro al mío. Sus labios a los míos, estaban realmente cerca. En ese momento... a tan solo unos milímetros de besarme, se detuvo por un momento.
- Este momento... el del beso del príncipe y la princesa. En el que a partir de aquí viven felices... para siempre. - Y entonces terminó lo que había empezado, y sus labios se unieron completamente a los míos. Dando lugar a un precioso beso... un beso especial, que nunca podré olvidar.
Y así, poco a poco... La música se fue apagando, a medida que nuestro beso llegaba a su fin. Las luces se encendieron y pude ver como me sonreía, sinceramente, la mejor sonrisa que podía haber visto nunca. Entonces yo le sonrío, sin poder evitarlo. Nunca me había imaginado que esto pudiera pasar, pero la verdad, me encantaba que hubiera pasado.
Había empezado algo especial para mi, y para él, algo que no quería que acabara...
Nunca.







6 de octubre de 2011

Gracias por vuestra paciencia. :)

Otra vez más, os pedimos que nos disculpéis por nuestra regularidad al subir capítulos. Estamos bastante agobiadas y sin tiempo por muchas cosas. Cuando podamos seguiremos escribiendo más Caps.
Gracias, y un besito<3

2 de octubre de 2011

Capítulo 24: Una gran sorpresa.

Ya habíamos llegado a la calle en la que se encontraba el recinto que habíamos alquilado. Habíamos llamado a un chico del instituto que es DJ, para que el se encargara de la música. Sandra, Alba y Esther se habían encargado de comprar el decorado, la bola de discoteca, las luces, la tarta, etc. Y yo había alquilado el equipo de música con aquellos altavoces que podían hacer que la música se escuchara hasta en China. Todo estaba listo. Bajamos del Taxi, y no se veía a nadie en la calle. Araceli no sabía qué le habíamos preparado; puesto que la gente, estaba dentro de la sala, para que todo fuera una sorpresa.
- Pero, ¿¡a dónde me lleváis!? - Preguntaba Araceli intrigada.
- ¡Ya lo verás! - Respondíamos todas al unisono.
Entonces llegamos a la puerta, donde estaba Zack. Era un chico rubito, con los ojos verdes. No lo conocía mucha gente, ya que era muy tímido, y no tenía muchos amigos. Iba a nuestra clase, y le habíamos invitado a la fiesta. Él, encantado aceptó la propuesta; y también se ofreció para recibir a los invitados en la puerta, para encargarse de que nadie se colara sin invitación. Una vez que viera que nadie más llegaba, podría entrar y formar parte de la celebración.
- ¡Felicidades Araceli! - Le dijo entusiasmado.
- Zack... Muchas gracias. ¿Qué haces tú aquí?
- Me han...
- Le hemos invitado, cuantos más mejor, ¿no? - Interrumpió Sandra, y me guiñó el ojo.
- ¡Claro! - Y sonrió Araceli.
Me dirigí hacia la puerta y la agarré del mango.
- ¿Preparada? - Preguntó Alba.
- ¡Preparada! - Entonces todas nos colocamos las máscaras, y abrí la puerta.
Todo estaba precioso, era una sala muy amplia, de paredes blancas. Estaba oscura, pero no importaba debido a que muchísimas luces de colores y la gran bola de discoteca plateada en el centro de aquel recinto, alegraban el ambiente. La música aún no se escuchaba, ya que todos habían esperado la llegada de la cumpleañera. Algunas caras conocidas, y otras, no tanto. Pero todo era perfecto, y todo pintaba muy, pero que muy bien.
- ¡SORPRESA! - Gritó toda la sala a la vez, haciendo alegrar el rostro de Araceli.
- ¡Pero...! ¡Pero...! ¡¿Cómo podéis ser tan geniales?! ¡Me encanta! ¡Todo me encanta! ¡Muchas gracias a todos! - Estaba realmente contenta.
- Bueno... ¿Inauguras la fiesta? - Le pregunté.
- ¡Que empiece la fiesta! - Entonces la música comenzó a sonar a todo volumen. "Party rock anthem." fue el primer tema de la fiesta.
- ¡Felicidades cariño! - Por su altura y su voz, un poco difícil de escuchar por la música, era Anna. Araceli y ella se habían conocido este curso anterior, y se habían hecho muy amigas durante el verano. A todas nos caía muy bien, pero ella y Ara eran más amigas.
- ¡Muchas gracias! - Y le dió un abrazo.
- ¡Muchas de nadas! Este es Sergio, mi...
- ¡Tu novio!
- Sí, eso... - Y todos reímos. - Sergio, Araceli; Araceli, Sergio.
- ¡Encantado! - Y le dió dos besos.
- Igualmente. Bueno, voy a ver a quien veo por aquí, que disfrutéis de la fiesta.
- ¡Hasta luego! - Se despidieron los dos.
Todo el mundo bailaba con su pareja, todas las chicas con máscaras, y todos los chicos con algún complemento que le fuera al traje de la chica.
- Y... ¿vuestras parejas? - Preguntó Araceli.
Entonces Sandra miró hacia un lado y se fue corriendo.
- ¿A dónde va? - Preguntó Alba.
- Es Izan...
- ¿Izan? - Preguntó.
- Sí, su pareja para el baile. Es un amigo que conoce, de las clases de Funky. Mira, ya viene.
- ¡Chicas! Este es Izan, mi pareja. Bueno... ya sabéis, para el baile...
- ¡Ja, ja, ja, ja, ja! ¡Claro! - Reímos todas. - ¡Hola Izan!
- Muy buenas. ¡Felicidades Araceli!
- Gracias. - Y le respondió con una sonrisa.
- Sandra, ¿bailamos?
- ¡Claro! - Y cogidos de la mano se fueron a bailar a la pista.
- Alba, ahí está Javi... Y, claro, supongo que será tu pareja. - Le dije.
- ¡Javi! ¡Aquí! - Se puso a buscarme entre la gente, hasta que dio conmigo, sonrió, y se dirigió hacia nosotras.
- ¡Hola a todas! - Y le dio un beso en la mejilla a Alba. Era un viejo amigo de la familia, que últimamente se había hecho muy cercano a ella, y se llevaban muy bien. - ¡Felicidades!
- Muchas gracias, Javi... - Se le notaba un poco triste, supongo que, porque ella no tenía pareja.
- Gis, Ara... En fin... Me gustaría ir a bailar con Javii, ¿os importa que...?
- Ve, tranquila. - Y le sonreí. Sabía que se refería a que no sabía qué pasaba. Por qué tardaban tanto Christian y Dani. Ambos habían quedado en la plaza de esta ciudad, para venir juntos. Pero no daban señales de vida.
- Bueno... cumpleañera. Parece que solo quedamos tú y yo.
- Pero, ¿y tu pareja?
- Parece que se le ha tragado la tierra. Pero no creo que tarde en llegar. - Y le sonreí. - Mientras tanto... ¿quieres bailar, "baby"? - Y sin dejarle tiempo para responder, la cogí del brazo, arrastrándole a la pista.
Sonaba "Taboo" de Don Omar. Y a la gente se le veía muy animada, bailando. Las dos nos pusimos a bailar entre la gente, observando un poco las caras que veíamos por ahí.
- ¡Gis! ¡Gis! ¡Que fuerte! - Araceli parecía estar viendo algo. Entonces dirigí la mirada hacia donde ella miraba. Ahí estaba Paula... y su pareja, para nuestra sorpresa, era Álex. ¡Álex! Estaban los dos bailando, tan pegados...
- ¡Dios! ¡¿Pero qué coño...?! ¡Bah! ¿Sabes? Paso. Me da igual. Hoy es tu día, y no pienso consentir que estés triste. Ni pienso estarlo yo tampoco. No nos lo merecemos. ¿No te parece?
- Completamente de acuerdo.
El DJ estaba... como nosotras diríamos, motivado. Arriba del pequeño escenario, dándole sus toques personales a la canción. Venía la parte favorita de la canción de Araceli. Y se me ocurrió una cosa.
- ¡Ara! ¡Vamos a subir!
- ¿Qué dices? ¿Al escenario? ¡Ni de coña!
- ¡Ni que bailaras mal o algo! ¡Venga, vamos a subir! ¡Va! ¡Porfa! ¡Porfa! ¡Porfavor! Sabes que si no subimos antes de que la canción acabe te voy a estar dando el coñazo toda la noche... - Y le puse carita de buena.
- En eso tienes razón... - Dejó de mantener tan firmemente su no como respuesta. - Pero esque...
- ¡Pero nada! - Y subí al escenario, a bailar. - ¿Piensas dejarme sola con el DJ?
- ¡Ja, ja, ja, ja, ja! ¡Estás muy mal de la cabeza! - Y subió conmigo a bailar. En cuanto Sandra, Alba, Esther y Anna nos vieron, no tardaron en unirse, y subieron con nosotras a bailar.
Pude ver como una pequeña franja de luz se dibujaba en la pared de la puerta principal, alguien entraba a la fiesta. Era Dani. ¡Dios! Y detrás de él estaba Chrisitian. ¡Por fin llegaba lo bueno!
- ¡Gis, Gis, Gis! - Me gritaban Sandra y Alba.
- ¡Sí! ¡Lo he visto! Pero parece que Araceli no, está bailando con Anna y Esther. Mejor, que sea una sorpresa.
La canción acabó, y la música se paró.
- ¡Bueno! Una pequeña interrupción para aprovechar, y felicitar al motivo de esta fiesta, ¿no? - El DJ hablaba por un micrófono. - ¡Araceli! ¡Ven!
Entonces Araceli se acercó al DJ tímidamente.
- ¿Unas palabras, cumpleañera? - Y le cedió el micrófono.
Estuvo unos segundos callada, pero enseguida se animó.
- Pues nada... Muchas gracias a todos por formar parte de la mejor fiesta de mi vida, de verdad. Muchísimas gracias por esto, nunca me había imaginado una fiesta así, y para mi... - Entonces nosotras nos acercamos al micrófono y dijimos algunas palabras. Mientras, podía ver como Dani y Christian nos esperaban abajo del escenario. Araceli aún no había visto a Chris.
- Bueno, pues, sólo puedo decir... ¡Que siga la fiesta! - Y el DJ volvió a poner la música. Esta vez, "Danza Kuduro" sonaba.
Bajamos del escenario, todas, en fila india. Cuando pude ver como Christian tocaba el hombro de Araceli. Entonces, era el momento de desaparecer.

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- Felicidades, Araceli. - Alguien me felicitaba, pero su voz no me era familiar. Entonces, doy media vuelta.
- Chris... Chris... Chris... ¿¡Christian!? ¿¡Eres tú!? - No podía creer lo que mis ojos veían, era Christian. ¡Christian!
- El mismo. Soy yo, aunque cueste de creer. - Y me sonríe. - Muchísimas felicidades, preciosa.-Entonces me abraza.
- ¡No me lo puedo creer! Pero, ¿tú? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¡Cuatro años sin verte! ¡Por lo menos!
- Cuatro años... y bastantes meses. Me han invitado las chicas, tus amigas. Querían que fuera una sorpresa. - Y vuelve a sonreír. Era tan guapo... Y su sonrisa, tan bonita. - Y bien, ¿te gusta la sorpresa?
- ¿Que si me gusta? ¡Me encanta! - No pude evitar darle otro abrazo. - Pensaba que no volvería a verte.
- Pues, aquí me tienes, y soy el mismo que el de hace unos años, solo que... un poco cambiado. - Y los dos reímos. - Por cierto, estás muy guapa.










1 de octubre de 2011

Capítulo 23: Princesa por un día.

- ¡Esa es mi Ara! Además, ¿cómo ibas a quedarte sin fiesta? ¿Y sin regalo? Obviamente, ni en tus peores sueños. - Y le guiñé el ojo.
- Pero ese vestido costaba... ¡Buff! Prefiero no recordarlo... Costaba un pastón... Y lo habéis pagado, para mi...
- Porque te lo mereces, y te queremos. - Y le sonrío.
- Sois las mejores. - Y me devolvió la sonrisa junto a un pequeño abrazo.
- Bueno, ¿dispuesta a convertirte en una princesa?
- ¡Dispuestísima!
Entonces nos dirigimos hacia el cuarto de baño, el de mis padres, que era enorme y perfectamente podría pasar por un vestuario. Araceli decidió plancharse el pelo, ya que lo tiene bastante largo, y le quedaba genial liso. Así que nos pusimos manos a la obra, y en unos minutos su pelo estaba precioso.
- Ojalá estuviera siempre así. - Decía mirándose el pelo por todos lados, y dándose vueltas continuamente para ver como le quedaba por atrás en el espejo. Araceli era muy maniática con su pelo, y odiaba tenerlo encrespado, enredado o simplemente que se le rizaran las puntas, lo odiaba. Y por desgracia, eso le pasaba mucho, así que siempre intentaba alisárselo, aunque fuera un poco; y en las ocasiones que no podía, se tiraba horas y horas diciendo que odiaba su pelo.
- Sí, te queda realmente bien. ¿Seguimos con el maquillaje?
- ¡Obvio!
Se sentó en un pequeño taburete que cogimos de la cocina, cerró los ojos y, mirando hacia arriba, confió en mi pequeño arte para el maquillaje, esperando que la dejara estupenda. Decidí no maquillarla mucho, sólo un poquito de base, sombra, rimmel, la raya, y algo de pintalabios. La sombra quedó estupendamente, plateada, le sentaba genial con su color de piel; y con las pestañas tan largas que tiene, más el rimmel, sus ojos quedaban realmente resaltados, a pesar de ser unos ojos bastante normales. A ella le gustaban los tonos oscuros de pintalabios, así elegí un rojo oscuro, más bien marrón, pero no se los pinté mucho, ya que no es lo que más le gusta.
- Y... ¡tachán! - Dije mientras le ofrecía mi espejito de mano.
- ¡Ala! ¡Que guay! ¡Me encanta la sombra! ¡Y el pintalabios! - Estaba realmente entusiasmada, se notaba que le gustaba lo que veía en aquel espejillo; su sonrisa lo reflejaba. - ¡Eres una artista!
- ¡Ja, ja, ja, ja, ja! ¡Que va! Es que tengo una buena modelo. - Le guiñé el ojo, y me respondió con una sonrisa preciosa.-Que te parece si nos ponemos ya los vestidos, ya sabes, así podremos hacer alguna foto antes de irnos.
- ¡Sí, sí, sí, sí, sí!
- Vale, ve al salón, que estaremos más cómodas, y ahora voy. - Le faltó tiempo para salir brincado rápidamente hacia mi comedor. Mientras, yo fui a por su vestido.
- Toma, tú vístete aquí. Yo voy a vestirme a mi cuarto. Si necesitas ayuda con la cremallera o cualquier cosa, me avisas. - Y fui a mi cuarto dispuesta a vestirme.
Guapa, realmente guapa. Me encantaba mi vestido, y me veía realmente preciosa con él; sin ser una creída, pero por una vez, me veía como una princesa. Aunque si de princesas se trata, cuando entré al salón pude ver la mejor de todas, al menos, aquella noche. Araceli estaba realmente preciosa con aquel vestido rosa, era uno de los vestidos más bonitos que había visto en mucho tiempo. Parecía sacado de un cuento, y le quedaba muy bien.
- ¡Preciosísima! ¡Estás genial! ¡Genial, genial! - Dije con una sonrisa de oreja a oreja, mientras entraba al comedor con mi cámara.
- ¿De verdad? ¡Tú también estás muy guapa con tu vestido azul! - Decía mientras daba vueltas y vueltas, de un lado para el otro, para que su vestido diera el efecto de poder volar.
- ¡Sí! Y gracias, a mi también me gusta mucho. Y bien... ¿Fotos-Tuenti? - Y las dos nos sumergimos en una carcajada que equivalía a un: Obviamente, sí.
Estuvimos más o menos diez minutos haciéndonos fotos, de un lado para el otro, con muchísimas poses diferentes, y de fondos tampoco nos quedamos cortas. Pero ya era la hora de irse.
- ¡Hay que irse!
- Vale, cojo mi móvil.
- No, de éso nada. - Y le quité el móvil de la mano, lanzándolo al sofá. - Hoy es tu noche, y no quiero que nada te distraiga. Ya he hablado con tu madre, y le he dicho que estarás bien, y que no te llame. Así que, nada de móviles, nada de preocupaciones, y nada de pensar. ¡A dejarse llevar se ha dicho!
- Está bien, me dejaré llevar. - Y sonríe.
- Bueno, antes de irnos, el toque final... - Y mientras ella mostraba cara de no saber de qué hablaba, yo me dispuse a hacer lo que quería. De mi bolsillo, le había comprado una corona plateada, preciosa, con brillantes y piedras de swarovski, de una verdadera princesa; y Alba y Sandra, le habían comprado por internet una máscara veneciana, para que fuera la más bonita de toda la noche, ya que era la protagonista.
- Esto es mi regalo personal... - Dije mientras le colocaba la corona. - Perfecta.
- ¡Pero no tenías por qué...! ¡Dios santo! ¡Con el vestido era más que suficiente!
- Lo sé, pero te encanta, que yo lo sé. Y espera, hay más. - Y le di la máscara veneciana. - Esto es de parte de las chicas, deberás llevarla puesta toda la noche, hasta que no se diga lo contrario. ¿Te gustan, eh?
- Oh, son realmente bonitas... Tanto la corona, como la máscara. ¡Así normal que me sienta como una princesa! - Y se puso la máscara. - ¿Y bien?
- Guapísima. - Mientras, yo me puse la mía. - Realmente guapa. Por cierto, felicidades, pequeña princesita, casi quinceañera.
- Muchas gracias, Gis, por todo, de verdad. Gracias. - Y me abrazó.
"Impossible" de Shontelle, me anunció que alguien me llamaba al móvil.
- ¿Sí?
- ¡Gisellita, Gisellita!
- ¡Albita! ¿Estáis listas? ¡Nosotas sí!
- Sí, sí, listísimas, ya hemos pillado el Taxi, y viene hacia aquí. Está apunto de llegar. ¿Vais bajando?
- Yes, ya bajamos. Besos mil.
Y colgué.
- ¿Quién era? - Me preguntó Araceli.
- Alba, está con Sandra, abajo, nos esperan.
- Pero... aún no entiendo nada. ¿A dónde vamos?
- Ya lo verás.
Y ya estábamos abajo cuando Sandra y Alba se pusieron a silvarnos, como quien ve a dos pivones.
- Sin exagerar, que vosotras no estáis hechas un ogro, precisamente. - Dijo Araceli mientras se reía.
- ¡Eh, en serio! ¡Hoy vamos todas muy, muy guapas! - Gritó Sandra a los cuatro vientos.
- ¡Shhh! ¡Que la gente nos mira! - Dijo Alba. Estaba muy guapa, con su vestido amarillo. Pero a pesar de eso, le daba vergüenza sentirse observada.
- ¡Pero si tú también vas muy guapa! ¡Deberías desear que los chicos te miren! ¡Tonta! - Le repliqué.
- Sí, sí. - Y me miró de reojo intentando parecer enfadada, pero no colaba.
- ¡Taxi! ¡Aquí! - Gritó Sandra al taxista.
Subimos todas al coche, Araceli delante, y nosotras detrás.
- Intentamos alquilar una limusina Ara... Pero no había presupuesto. - Bromeó Alba, y todas reímos.
- ¡Ja, ja, ja! No pasa nada, esto no está tan mal. - El taxista también reía. - Por cierto, Alba, Sandra; muchas gracias por la máscara, es preciosa.
- ¡De nada! ¡De la auténtica Venecia! O eso creemos... - Y otra vez, todas reímos.